“Me siento orgulloso, muy contento, porque le dimos a los hijos lo que nosotros en su momento no tuvimos y gracias al trabajo en el taxi mi hija estudió administración de empresas y mi hijo estudia la carrera en mecatrónica; me llena de orgullo saber que ya son independientes”, expresó Carlos Rodríguez.
El entrevistado contó que hace 23 años encontró en el taxi una forma honesta de ganarse la vida y gracias a que su esposa también trabaja, juntos lograron dar estudios a sus hijos.
Carlos admite que por su labor no estuvo con su familia en fechas importantes, pero señala que valió la pena hacer tantos sacrificios pues sus hijos tuvieron la oportunidad de estudiar una profesión, lo que él no pudo hacer por falta de dinero.
Sin embargo, recuerda que en su momento, tanto su esposa como sus hijos le reclamaron el tiempo que no estuvo en casa porque tenía que salir a trabajar hasta catorce horas diariamente y a veces hasta en fin de semana.
“Cuando empezaba en el taxi mi esposa me decía que tenía que pasar más tiempo con la familia, salir a divertirnos; salir a pasear, pero tenía que sacrificar algo y en este caso fue a la familia, para obtener lo económico y poco a poco fueron asimilando y ahora ahí está el resultado”.
Además, apuntó, siempre impulsó a sus hijos a continuar con sus estudios para encontrar un mejor trabajo sin tener que batallar como él en el taxi.