Desde las ocho de la mañana hasta las siete de la noche Diego Alexis trabaja como checador de “rutas” para ahorrar dinero para que el próximo mes pueda iniciar la carrera técnica en mecánica automotriz.
Dice que todos los días llega desde temprano a los andenes del mercado Adolfo López Mateos, donde se encarga de registrar el tiempo de diferencia que llevan los operadores de tres diferentes organizaciones de transporte.
Por esa labor que realiza desde hace cinco meses, Diego recibe una propina -de uno a cinco pesos- de cada conductor y al concluir su jornada reúne entre 350 y 500 pesos.
Diego reconoce que es un trabajo cansado y arriesgado, pero señala que por el momento no puede dejar esta actividad, porque hace un año se independizó y ahora tiene la responsabilidad de solventar sus gastos y pagar sus estudios.
“Ahorita lo que quiero es ahorrar un poco de dinero porque en marzo empiezo las clases en el sistema sabatino, después me gustaría trabajar en una fábrica y seguir con la licenciatura”.
Contó que empezó a trabajar cuando apenas tenía diez años de edad y hace seis meses su papá, que trabaja como operador del transporte público lo invitó a trabajar como checador en la base del mercado.
“Este trabajo es cansado porque hay muchas ‘rutas’ o a veces se te juntan y andas de un lado a otro. Además, en el mercado es arriesgado caminar entre los andenes porque se puede sufrir un percance con los camiones altos”.