Siete meses después regresó al servicio de calle porque en la empresa tenía que hacer guardias

Durante siete meses David Salazar Popoca trabajó como chofer de taxi de sitio, pues, aunque ha logrado crear su cartera de clientes refirió que en los meses más fuertes de pandemia eran pocos los que le solicitaban el servicio.

Su trayectoria al volante es de casi 16 años y, si bien, durante este tiempo ha tenido la oportunidad de hacerse de sus propios clientes dijo que buscó un sitio de taxis, porque las calles lucían vacías y al trabajar en esta modalidad le permitía ahorrar combustible porque los viajes están garantizados.

“No me gusta andar en sitio, pero en ese tiempo (de pandemia) tuve que buscar uno porque no había gente en la calle y estar en el sitio por lo menos no gastaba gasolina dando vueltas en la calle, además, tenía algo asegurado de dinero”.

Sin embargo, siete meses después, cuando empezaron a disminuir los contagios de covid-19 regresó al servicio de calle, puesto que en la empresa tenía que pagar por la frecuencia de radio, 200 pesos de cuenta diariamente y 250 pesos semanales para gastos en general.

Además, apuntó, tenía que hacer guardias en la base y si no podía era acreedor a una multa de 50 pesos por incumplimiento.

Aunque David está consciente de que por trabajar en la informalidad no tiene posibilidad de jubilarse, señaló que seguirá al volante porque le gusta mucho esta actividad en la que se ha mantenido gracias a la confianza de sus clientes.

“Siempre trato bien a la gente y casi la mayoría de los que se bajan de este carro se convierten en mis clientes frecuentes, me dan la confianza y me piden el número de teléfono y sé que en algún momento me van a hablar para otro servicio, por eso tengo muchos clientes”.