Ha sentido el rechazo de las mujeres y el halago de los hombres.

De siete de la mañana a cinco de la tarde, Perla Jaime Díaz trabaja como chofer de taxi y aunque termina exhausta, dice que de seis en adelante se dedica a las tareas del hogar.

Afortunadamente -refiere- en las labores domésticas cuenta con el apoyo de su esposo, también taxista, y para que no se le junte el quehacer distribuye las actividades durante toda la semana, es decir, un día hace limpieza, otro día prepara los ingredientes para la comida y así sucesivamente.

Aunque pareciera que ser taxista es un trabajo sencillo, Perla afirma que es todo lo contrario, pues su jornada es de diez horas diariamente y tiene que batallar no solo con el tráfico que ocasionan las manifestaciones sino con las mujeres que “le hacen el feo” cuando se percatan de que el conductor es una mujer.

“Batallamos día a día con el desprecio del mismo género, de la misma mujer. De pronto ellas me dicen ‘no porque eres mujer’. Me imagino que no se suben porque piensan que si llevan cosas pesadas no se les ayudará y entre mi digo ‘no haré algo que no corresponda’, pero respeto la decisión y no me lo tomo muy a pecho porque sé que vendrán más clientes”.

Mientras tanto, los hombres se han mostrado sorprendidos que una mujer los lleve a su destino, incluso, en varias ocasiones la han felicitado por su profesionalismo.

A decir de la trabajadora del volante la desconfianza hacia su labor viene principalmente de las personas adultas mayores, pero los jóvenes han manifestado sentirse más seguros de viajar con una mujer.

Su trayectoria al volante es de diez años y señala que en todo este tiempo ha sido víctima de al menos seis asaltos. Uno de estos casos -indicó- ocurrió hace año y medio y lo cometieron dos mujeres que pidieron el servicio desde un centro comercial de donde salieron con bolsas de sus compras, pero a la altura de Burgos sacaron sus armas y la obligaron a entregar las llaves del vehículo.

“Más que miedo es coraje lo que siente al saber que te quitan lo que con mucho esfuerzo has conseguido, que es tu patrimonio. Por eso, no trabajo en la noche y la mayoría de los viajes que realizo son de la base, de vez en cuando tomo servicio de calle pero cuando veo a una persona sospechosa le digo que ya no me da tiempo y me voy”.

Perla asegura que es la única mujer que trabaja en el sitio de taxis del mercado Adolfo López Mateos y señala que afortunadamente convive con personas de mente abierta, donde no hay machismo y siempre la han apoyado.

Perla dice que le gusta hacer lo extraordinario y por eso ha pensado en conducir un autobús, pues tiene experiencia en la conducción.