Afirma que la "ruta" es uno de los oficios más nobles porque ha logrado solventar los gastos en su casa.
"Mi mamá se enfermó y vendí un carro, después falleció y tuve que vender los otros para poder solventar los gastos funerarios, porque soy enemigo de pedir prestado" contó Gilberto, quien tras perder esa fuente de ingresos empezó a trabajar como operador del transporte público.
Desde hace ocho meses conduce una combi de la línea de transporte "Intermunicipales" y afirma que esa actividad es uno de los oficios más nobles, pues gracias a este trabajo ha logrado mantener a su familia, aunque reconoce que ser chofer es estresante porque son jornadas extensas.
Una de las ventajas -dijo- es que a veces reúne hasta 600 pesos de ingresos libres de cuenta y combustible.
En su actividad diaria se ha encontrado con todo tipo de personas, desde las que le agradecen por el servicio hasta los que van enojados y se molestan por llegar tarde a su destino.
Gilberto, quien trabajó durante 16 años como chofer de taxi, refirió que en la combi ha vivido muchas experiencias y aunque algunas no son agradables, él se queda con las anécdotas buenas, como la ocasión en que una pasajera le regaló 500 pesos.
"En una ocasión una señora mayor se acercó y me dijo 'joven no traigo para mi pasaje' y le dije 'no se preocupe Dios me lo pagará' y durante el camino fuimos platicando y cuando se bajó le ayudé con sus cosas; en ese momento otra señora se acercó y me dijo 'usted es muy bueno tenga' y me dio 500 pesos; le dije eso de qué es y dijo, 'Dios se lo manda' y así hay otras historias".
Aunque Gilberto está a gusto en esta actividad señaló que ha pensado en ahorrar un poco de dinero para comprar un taxi, pues ahí puede disponer de su tiempo y ser su propio jefe.