Diversas plantas de tratamiento de aguas negras de los estados de Guerrero, Hidalgo, Nuevo León y Morelos registran altas concentraciones de compuestos químicos de diversos medicamentos comunes en ríos y afluentes, que ponen en riesgo la salud de la población, revela un estudio del Centro de Investigaciones Químicas (CIQ) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
“Los valores de estos químicos estimados para los ríos Cuautla y Apatlaco sugieren posibles impactos negativos sobre la fauna, la biota y los seres humanos, por lo que se requiere llevar a cabo un monitoreo sistemático, complementado con estudios toxicológicos que permitan realizar una mejor estimación de los riesgos ambientales”, señaló el investigador Hugo Alberto Saldarriaga Noreña, adscrito al CIQ de la máxima casa de estudios morelense.
Al compartir los resultados de su estudio, explicó que en México no hay suficientes estudios sobre el tema para contar con un diagnóstico exacto, sin embargo, él y sus estudiantes de posgrado han realizado monitoreos de afluentes y salidas de agua de las plantas de tratamiento en Guerrero, Hidalgo, Nuevo León y Morelos, en los que detectaron altas concentraciones de compuestos de medicamentos como Nitrophenol, Bisphenol, Estradiol, Diclofenac, Ibuprofen, Naproxen y Atenolol, entre otros, que ponen en riesgo la salud humana, pero también de animales y plantas.
Con este hallazgo, afirmó que el principal desafío que enfrenta México para la gestión integral de los recursos hídricos, se relaciona con la legislación vigente, la cual tiene deficiencias estructurales y debe considerar que la toma de decisiones está fuertemente influenciada por intereses políticos y presión social, lo que hace más difícil cumplir con los objetivos comunes en salud pública y protección ambiental.
El investigador y experto en química ambiental sostuvo que hay medicamentos de uso común y productos de uso doméstico que representan riesgos ecológicos significativos al ser vertidos a los afluentes o desechados de manera inadecuada.