“Desde el día que salieron los chicos de vacaciones vimos que empezamos a vender mucho. Cómo vendemos dorilocos, chicharrones y otras cosas de antojos, ellos son los que compran este tipo de botana”, dijo Graciela Leyva, quien tiene su pequeño negocio en la colonia Carolina.
La comerciante dijo esperanzada que debido a sus buenas ventas, espera el regreso a clases para expandir su negocio: “me quiero ir a vender afuera de una primaria o secundaria para seguir con el ritmo que vamos. Yo hago esto por necesidad, entonces no me daría pena que me vean vendiendo”.
Entrevistada por La Unión de Morelos, la mujer relato que se dedica al comercio desde hace un año, porque “me quedé sin trabajo en la pandemia y decidí buscar la manera de salir adelante y con mucho esfuerzo puse mi pequeño negocio. Me gustó y hasta la fecha aquí seguimos”.
“No me afecta la competencia, creo que para todos hay clientes y a todos nos puede ir bien. Sí, hay una señora que vende en las noches hamburguesas y hotdogs pero no vende botanas como yo, entonces eso me ayuda” dijo.
Graciela aseguró que trata de vender fruta picada para que los niños puedan comer sanamente. “Apenas está semana empezamos a vender pepino, jícama, piña y sandía; les ponemos chilito y chamoy. Lo empezamos a vender porque queremos que los niños y jóvenes también coman frutas y no nada más frituras”.