Asegura que los adultos mayores han reconocido su trabajo.
Erick Muñoz Mejía asegura que el gusto por el volante lo lleva en la sangre y aunque era testigo de las largas jornadas que su papá dedicaba a la “ruta”, afirmó que no fue impedimento para trabajar en el transporte público.
Dijo que su padre, Joel Muñoz, trabajó durante 18 años como operador en la Ruta 17 hasta que se cambió a otra línea de transporte, pero antes le compartió sus conocimientos sobre este oficio, d con el cual logró mantener a su familia.
“Mi papá me decía que todo es con calma y que no me acelere, porque hay compañeros que entre ellos se pelean por el pasaje. Mi papá siempre me dice que el sol sale para todos. También me decía ‘tienes que perder el miedo para que te sientas seguro porque con miedo puede pasar un accidente’, pero afortunadamente no ha pasado nada grave”.
Erick Muñoz incursionó en el transporte hace diez años tras formalizar su relación amorosa; aunque en su momento no pensó en la falta que le haría el no tener estudios, dijo que ahora se arrepiente; sin embargo, no ha pensado en estudiar porque tiene una familia que mantener.
De su actividad diaria -indicó- varios pasajeros han reconocido su trabajo porque la unidad que conduce está limpia y es amable con las personas adultas mayores.
“Me han dicho que soy muy amable y que tengo mucha paciencia con las personas de la tercera edad, no soy como otros que los dejan en la parada o no les respetan los descuentos”.
Para él, ser chofer del transporte público es arriesgado y estresante, porque con un mal movimiento pueden ocasionar un accidente.