La Acmor se suma a voces de inconformidad por la aprobación de la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación.
La Academia de Ciencias de Morelos (Acmor) se sumó a las voces de inconformidad por la reciente aprobación de la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación propuesta por la administración del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), al sostener que “no se honraron los acuerdos con la comunidad científica”.
En entrevista, el presidente de la Acmor, doctor Alejandro Sánchez Flores, destacó que la propuesta aprobada por mayoría, ni siquiera contempla un criterio específico de asignación de presupuesto al rubro.
El también investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México dijo que en cuatro años se hicieron diversos foros en la Ciudad de México, incluso aquí en Morelos, pero la voz de la academia y de los científicos a final de cuentas no fue tomada en cuenta.
Sostuvo que esta reforma deja mucha incertidumbre jurídica para ejercer la función de ciencia, innovación y humanidades que es lo que pretende incluir. “Hay muchas cosas que están poco claras que tendrán afectación de la ciencia en el país y sobre todo en el futuro. Esta lleva cuatro años, yo he participado en un número significativo de foros para encontrar consenso… ¿qué les costaba esperar un poco más? … no cumplieron, no honraron los compromisos”, anotó.
Sostuvo que el gobierno debe ser facilitador, no quien dicte los objetivos en ciencia y tecnología, porque eso le compete a la comunidad científica y diferentes niveles de gobierno. En la ley aprobada, resaltó, no se respetan esas competencias y se invaden, hay una postura centralista que no abona a la participación ciudadana, a la educación, la ciencia y demás principios del Artículo Tercero Constitucional.
Enfatizó que se habían pactado más foros para el consenso, pero con dos los diputados federales del partido en el poder y sus aliados cerraron el ejercicio y en la votación por mayoría simple: “porque el partido del gobierno actual tiene mayoría la pasaron”, ni siquiera quisieron dar lectura al dictamen, hace pensar que ni leyeron, ni revisaron; no es posible digerir en menos de dos semanas más de 20 horas de dos foros e innumerables recomendaciones”.
El representante de la Academia de Ciencias de Morelos, una de las entidades con mayor número de científicos en el país, admitió que la ley aún es vulnerable a recursos jurídicos como el amparo o a que el Senado haga algunos cambios, o a procesos de impugnación para que se derogue, pero subrayó que es un “despropósito que no se incluya la opinión de la comunidad científica, que es a quien nos compete”.
Anotó que también se excluyó en el proceso legislativo a la Iniciativa Privada, a los jóvenes y a otros grupos sociales.
Sánchez Flores criticó que las políticas actuales de reducción de becas, de cómo tramitarlas, solo entorpecen.
Señalo que en ese documento no hay planificación ni instrumentos de cómo se crearán más centros de investigación, sólo se habla de más becas pero no de cómo incorporarlas y evitar que haya fuga de cerebros del país.
“Algo tan sencillo que no funcionaba desde la ley pasada (pero al menos se consideraba) era el destinar el uno por ciento del Producto Interno Bruto (a la investigación). Ahora ni se menciona, no hay indicador ni criterio de inversión. Se deja esta decisión al Conacyt y lo que venga del presupuesto de egresos de la Federación. No se sabe si se destinará lo sobrante o de qué dependerá ese monto.
Lamentó que los legisladores que votaron a favor no hayan honrado los acuerdos con la comunidad científica: “en la política la forma es fondo y lo que se hace es obedecer a un mandato de que se tenía que sacar la propuesta, pero se desestima y rompe la confianza”, añadió el investigador.