Alfredo Mateos, chofer de taxi, señaló que hace unos años por una buena acción un cliente le recompensó con cinco mil pesos; sin embargo, lamentó que también hay otros pasajeros que se van sin pagar o que abordan la unidad con intención de asaltarlo.
Contó que hace unos años unas personas que veían de Taxco, Guerrero le pidieron un servicio a una plaza comercial en Cuernavaca y las llevó, pero los dejó unas cuadras antes porque la vialidad estaba cerrada por una manifestación.
Cuando Alfredo volteó observó que en el asiento trasero había una mochila, pero no pudo alcanzar a sus clientes pero más tarde buscó en la bolsa, donde encontró un número de teléfono al cual se comunicó, sin tener suerte.
Cuatro días después, dijo, le regresaron la llamada y un hombre le pidió que le llevara la maleta, pero Alfredo respondió que no podía hacer ese viaje, así que el cliente regresó a Morelos para recuperar sus cosas y en agradecimiento le dio cinco mil pesos.
El entrevistado dijo que en los diez años que tiene de taxista ha conocido a todo tipo de personas, desde lo que le agradecen hasta los que bajo los influjos de alguna sustancia pretenden asaltarlo.
“Ser chofer de taxi es cansado y a veces estresante porque hay mucha competencia entre compañeros, además están las aplicaciones que nos quitan el pasaje, pero también es peligroso porque hay personas que tienen adicciones y nos asaltan, aunque es poco el dinero que llevamos sí nos afecta”.