Humberto desea aprender inglés.
Humberto Hernández Antúnez, quien trabaja como operador del transporte público, quería estudiar arquitectura y no pierde la fe de que algún día retomará su carrera.
“Hice el examen para entrar a la universidad porque quería estudiar arquitectura, pero no me quedé y le dije a mi mamá que iba a esperarme al otro año, mientras iba a trabajar; empecé como taxista y después me cambié a la ‘ruta’, luego me casé y nacieron mis hijos y ya no pensé en la escuela”.
Aunque Humberto no logró terminar una carrera universitaria, afirmó que impulsa a sus hijos para que se preparen y tengan una mejor vida, porque ser chofer es un oficio noble pero cansado y estresante pues diariamente tienen que madrugar y lidiar con el mal humor de algunos pasajeros.
“Les digo a mis hijos ‘estudien inglés y prepárense, yo trabajo para ustedes’, siempre los estoy motivando para que sigan en la escuela y a veces digo ‘me hubiera gustado tener a alguien que dijera lo mismo’, pero no se pudo”.
Ahora que sus hijos crecieron ha pensado estudiar en línea, pero se le complica porque diariamente trabaja al menos 14 horas y aunque es dueño de la unidad que conduce en la Ruta 1 dijo que también necesita ahorrar dinero para el mantenimiento.
Otro de sus sueños es estudiar inglés, porque cuando ha transportado a extranjeros en su unidad le habría gustado poder entenderles.
Contó que hace un tiempo unos niños que salieron de la escuela subieron a la “ruta” y al bajarse uno de ellos le dio las gracias en inglés. Humberto respondió en el mismo idioma y el pequeño volteó a verlo con cara de asombro.
“Le digo a mi esposa que voy a estudiar inglés, pero ahorita mi prioridad son mis hijos, quiero que terminen sus estudios y siempre los motivo para que sigan estudiando y yo después veré”.
A decir del entrevistado, cuando tenga que dejar el volante piensa comprar un local y poner un negocio o rentar el espacio, porque no está confiado en que sus hijos lo van a mantener, pues ellos tienen que hacer su vida con su propia familia.