Hace cuatro años, Diego Cruz trabajaba en una fábrica, pero cuando llegó la pandemia de covid-19 lo despidieron y para solventar los gastos de la casa empezó a trabajar como chofer de taxi.

Asegura que está a gusto en esta labor porque diariamente obtiene dinero; sin embargo, dijo que hay días difíciles en los que con mucho esfuerzo reúne el dinero para entregar la cuenta y para comprar el combustible.

Por ejemplo, señaló que el jueves trabajó doce horas pero solo pudo realizar trece viajes, de los cuales apenas obtuvo 200 pesos libres.

Indicó que la afectación económica no solo es por la pandemia, pues ha observado que los servicios de plataforma como Uber y Didi les han quitado clientela.

Incluso, afirmó que cada vez hay menos personas que piden el servicio en las calles, a diferencia de otros años.

“Las aplicaciones nos han afectado mucho, porque cada vez hay menos trabajo, ya no es como antes que veías a mucha gente en la calle esperando un taxi. Ahora lo que vemos es que carros particulares llegan por la persona y por eso suponemos que es el servicio de Uber”.

Sin embargo, a decir del entrevistado, algunos de sus clientes se han quejado de las plataformas, porque de un momento a otro les cancelan el servicio, lo que, asegura, no ocurre con el taxi tradicional.

El trabajador del volante hace base en el mercado Adolfo López Mateos y también recorre las calles de Cuernavaca, pues en ocasiones tiene que esperar hasta una hora para poder realizar un viaje.