El futuro de la vivienda urbana pareciera ser incierto por las normativas que se han ido implementando con el tiempo.
La escasez de recursos y la mala economía de las familias son determinantes para la construcción de vivienda nueva en las ciudades.
A pesar de que, la economía y el alza de los precios en la materia prima de construcción es el mayor problema en los proyectos de vivienda, existe otro factor bastante imponente: por ejemplo, la identidad que genera la ciudad, el contexto inmediato, las regulaciones urbanas y hasta la moda, son propensos a influir en el diseño del arquitecto.
Japón es el país con el mayor contraste en este tema. La era ontológica de aquel país ha terminado. Fue la década de los años 50’s y 60’s que representaron un punto de inflexión en la transición de la sociedad moderna, basada en el funcionalismo, que se dividía entre solo comer y dormir con la teoría de siempre producir algo.
La vivienda en esta época era solo una caja funcional para la vida ordinaria del japonés.
En contraste, llegó la década de los años 70’s, que era extremadamente opuesta a su antecesora. Incluso la vivienda llegaba a ser excesiva en su diseño, irreal y poco realista.
Esta época fue marcada por los cambios extremos que sucedieron en Japón. La segunda guerra mundial destruyó sus ciudades y la necesidad por recuperar su economía y la reconstrucción de sus urbes era prioridad.
Se llegó a un extremo de reconstrucción que las nuevas ciudades japonesas crecieron tanto que no daban cabida para construir más.
Fue en ese momento en que los arquitectos y las familias empezaron a diseñar viviendas que pudieran acoplarse al nuevo contexto. En muchos diseños parecía más una “queja” hacia la globalización que una vivienda.
En la actualidad Japón tiene una dirección para expandirse en el tema de densificación; tal estrategia ha hecho que algunos barrios comenzaran a encogerse en el sentido de expansión territorial, aunado a la tasa de decrecimiento poblacional, ya que cada vez hay menos jóvenes que quieren tener hijos y eso influye en la nueva era de la vivienda y por supuesto, sin tomar en cuenta lo que provocó la pandemia del covid-19.
La vivienda en el futuro, como sucede en Japón, será un lienzo en blanco que tendrá que acoplarse no solo al estilo de vida de la familia o a responder a su funcionalidad básica, como dormir o comer, sino diseños que respondan a una moda, una densidad, una accesibilidad, economía, sociedad y usos mixtos, como sucedió en pandemia: para trabajar y habitar.
La nueva era de la vivienda es extrovertida, flexible y hasta nómada y me podría atrever a decir que el futuro depara algo interesante.