Juan Saúl Juárez asegura que ser chofer del transporte público es una labor honrada con la cual ha logrado mantener a su familia, pero tiene una desventaja: no recibe seguro social ni prestaciones. Por eso piensa buscar empleo en una línea de autobuses, pues en la “ruta” si no trabaja no tiene dinero.

“Este trabajo es bonito si te gusta manejar, pero también es muy cansado porque te absorbe mucho tiempo y pasas más tiempo en el trabajo que con la familia. Además, el pasaje bajó mucho y a veces uno no se lleva dinero a la casa porque hay que entregar una cuenta y el dinero para el combustible”.

Señaló que diariamente trabaja 16 horas y en ocasiones no tiene tiempo ni siquiera para comer o ir al baño, y descansa sólo cuando tiene relevo o cuando el camión entra al taller.

Su trayectoria al volante es de siete años y aunque está a gusto en esta actividad, dijo que aprovechará la primera oportunidad que tenga para trabajar en una empresa de autobuses porque tiene deseos de superación, ya que no tiene una profesión.

Juan incursionó en el transporte público a invitación de sus primos, que también trabajan como operadores. Aunque en ese tiempo estudiaba la carrera técnica de mecánica automotriz, dejó la escuela porque le gustó más el dinero.  

Recordó que los primeros días como chofer fueron difíciles, pues al no tener experiencia en el manejo se le olvidó detenerse en algunas paradas y tuvo percances automovilísticos ligeros por correr para llegar a tiempo con el checador y no pagar los “minutos quemados”.

Sin embargo, contó que cuando inició hubo días en los que pagó hasta 500 pesos por no checar a tiempo, lo que ahora ya no le ocurre.