Aunque José Luis asegura que tiene las fuerzas para seguir trabajando, confía en que próximamente reciba la pensión de “65 y más”, porque -dijo- "ya se lo ganó", pues ha trabajado durante muchos años e incluso fue militar y policía estatal.
El trabajador del volante señaló que por su edad (69 años), es poco probable que lo contraten en alguna empresa, por lo que trabaja como chofer de taxi, porque al menos hay dinero para solventar sus gastos de su casa.
Afortunadamente, indicó, sus hijos crecieron y formaron su propia familia, por lo que no tiene la responsabilidad de mantenerlos.
A decir del entrevistado, diariamente trabaja de nueve de la mañana a siete de la noche, pero en ocasiones con mucho esfuerzo reúne el dinero para entregar la cuenta y para comprar el combustible del vehículo.
Por ejemplo, refirió que el lunes llegó a su casa con cien pesos y el martes a las tres de la tarde apenas había realizado tres viajes.
"En este trabajo se ve de todo. Hay personas amables y otros no tanto, pero trato de ser amable con todos, incluso para cobrar les pregunto cuánto es lo que han pagado y unos me dan una cantidad, otros me dicen que no saben, pero digo 'de estar esperando mejor me los llevo porque el que viene atrás agarrará el viaje' y a veces esperamos hasta una hora para agarrar cliente".
Comentó que desde hace unos seis años disminuyó la demanda en el servicio al grado de que hay pocos viajes a otros municipios de la zona oriente o sur.
"Antes nos pedían muchos viajes para Cuautla y ahora para agarrar un viaje así hay que tener mucha suerte. A veces en todo el día hago tres servicios. Por eso digo que sale para comer, pero no para ahorrar".