"Ahora la gente ya no está interesada en lavar ropa, solo trae cobijas, edredones y cortinas, son las cosas más grandes que no caben en una lavadora común. Es muy poca la gente que sigue enviando a lavar la ropa", se quejó Anastasia Díaz Benítez quien tiene una lavandería en la colonia Flores Magón.
La entrevistada explicó que, además, la falta de agua afecta mucho en su negocio: “tenemos que estar pidiendo pipas por lo menos una al mes, ya que sí hay mucha falta de agua por esta zona y pues ahí va otro gasto que tenemos que mantener nosotros”.
“Junto con el agua, también aumentó mucho el precio de los suavizantes de tela, el cloro, el jabón y no se diga la luz, que cada vez está más cara. Nosotros no podemos subir el precio del kilo de ropa, debido a que la gente nos deja de traer su ropa” apuntó.
“Ahorita estamos sacando una promoción de dos kilos de ropa y paga uno. Así podemos tener un poco más de ingresos con la gente que todavía trae sus uniformes o su ropa de cama. Además, con esas promociones hacemos que la gente se interese en mandar a lavar la ropa con nosotros, es una forma de atraer a los clientes y que se queden más tiempo", dijo Anastasia Díaz, preocupada por el descenso de sus ventas.