El represente legal de la familia, Cipriano Sotelo Salgado, confirmó que la familia fue citada por la Procuraduría de Justicia Militar para darle a conocer los resultados de los exámenes practicados al cuerpo que, según las declaraciones ministeriales de los militares implicados, fue inhumado clandestinamente luego de que el civil murió tras ser interrogado en el taller de herrería dentro de las instalaciones castrenses la noche del 1 de mayo pasado.
La familia no ha descartado que las mismas pruebas realizadas por la PJM sean realizadas por peritos particulares; sin embargo, de esta decisión dependerán las conclusiones de los exámenes que conocerán hoy.
Cuerpo, con señales de tortura: PGJ Puebla
De acuerdo con el dictamen pericial que consta en el expediente 726/2011/Atlixco y entregado por la Procuraduría General de Justicia de Puebla a la Procuraduría de Justicia Militar el 1 de julio pasado, el cuerpo etiquetado como “desconocido número 6” tenía huellas de tortura y “muerte violenta”.
El levantamiento del cadáver fue realizado el 8 de mayo a las 17:20 horas por elementos de la procuraduría poblana, luego de recibir una denuncia anónima que advertía el lugar de la inhumación.
Sin embargo, tras su detención y declaración ministerial, los tenientes José Guadalupe Orizaga y Guerra y Edwin Raziel Aguilar Guerrero habrían confesado cómo murió Jethro y que fue enterrado clandestinamente en Atlixco, Puebla.
Según el dictamen, el cuerpo fue localizado en el paraje La Ocotera de la comunidad de Tochimilco en el municipio de Atlixco, aproximadamente a 100 metros de la carretera, en una excavación de 2 metros de longitud por 65 de ancho, con 70 metros de profundidad.
El cuerpo del sexo masculino, de entre 30 y 36 años de edad, estaba desnudo en posición de decúbito dorsal y en estado de “putrefacción tardía”, no tenía la mano derecha, su complexión era robusta, su estatura era de 1.83 metros, peso de 100 kilogramos aproximadamente, cabello negro ondulado corto y con dentadura completa.
La posible causa de muerte fue un traumatismo craneoencefálico y asfixia por enterramiento. De acuerdo con el dictamen pericial, “se trata de una muerte tipo violenta” y tenía entre 3 y 6 días de haber sido sepultado.
Asimismo, estableció que por la complexión del hombre tuvo que ser sometido por lo menos por dos personas adultas y “se determina que sus victimarios aún lo llevaron vivo causándole algunas lesiones más que lo dejaron en estado de inconsciencia y que aún vivo y respirando fue inhumado en el lugar del hallazgo, lo cual se demuestra por la presencia de tierra y piedrecillas del lugar en las vías respiratorias”.
Además, dice el documento, “llama la atención que durante la revisión del cuerpo se desprende un olor fétido de los tejidos, pero de la región del muslo y los genitales se desprende un olor fuerte que irrita y que hace que los ojos y la cavidad oral ardan. El aroma se compara con el que se produce con el ácido muriático”.
Debido a las características del homicidio descritas por la procuraduría poblana, existen dudas sobre si este cuerpo pertenece a Jethro Ramsés Sánchez Santana, pues según las declaraciones ministeriales de los militares involucrados en el caso, el joven de 26 años habría muerto dentro de la 24ª Zona Miliar en Cuernavaca y por ello fueron a “tirar” el cadáver.
Es por ello que existe expectación sobre los resultados que la autoridad militar revele hoy a la familia, sobre si el cuerpo corresponde o no al joven Jethro Ramsés Sánchez Santana.