Gregorio Díaz, quien tiene una trayectoria de 40 años como operador del transporte público, señaló que actualmente solo trabaja cuatro días a la semana, porque está consciente de que al manejar desvelado podría ocasionar un accidente.
Comentó que conducir una unidad del transporte público es una labor cansada, pues su jornada empieza a las seis de la mañana y termina alrededor de las ocho de la noche.
Además, afirmó que es estresante porque se encuentran con personas que se molestan por cualquier situación, pero -afortunadamente- son más los pasajeros que le agradecen por el servicio.
Aunque está a gusto en su actividad, refirió que dentro de cuatro años dejará el volante para disfrutar a su familia.
“Afortunadamente tengo una pensión, así que puedo dejar de trabajar sin mayor problema. Actualmente trabajo cuatro días a la semana para no manejar cansado. Además, creo que necesito pasar más tiempo con la familia”.
Aunque afirmó que como chofer obtienen buenos ingresos, dijo que es mejor tener una profesión, pues en la economía informal no tienen derecho a las prestaciones de ley, ni seguro social, por lo que en caso de una enfermedad los gastos corren por su cuenta.
“Creo que lo mejor es el estudio, porque esto de ser chofer es pasajero, el estudio deja más que un oficio. Aquí no hay opción de jubilación, ni seguro social y menos ni prestaciones de ley; aquí se vive al día”.