Asegura que todavía tiene fuerzas para seguir en su diaria labor.

Aunque Leonardo Díaz asegura que todavía tiene fuerzas para trabajar como operador del transporte público, en realidad se prepara para dejar esta labor dentro de cinco años y dedicarse al campo, como lo hace su padre desde hace varios años.

“Mi papá es campesino, tenemos un terreno en Santa Catarina y ahí siembra maíz, calabazas y frijoles; una parte es para el consumo y lo demás es para vender. Por eso digo que cuando deje este trabajo me dedicaré al campo”.

Señaló que hay días en los que se siente cansado, pues su jornada empieza a las seis de la mañana y termina entre nueve y diez de la noche; sin embargo, considera que no es momento de dejar este oficio porque tiene dos hijos que dependen de él.

“Este trabajo es bonito, pero también muy arriesgado porque llevamos gente a nuestro cargo; es estresante por el tráfico y la gente mala, pero me gusta manejar”.

Refirió que en su actividad diaria se ha encontrado con personas que le dicen “ahorita le pago” y no pagan, y otro que le pagan diez pesos desde el mercado Adolfo López Mateos hasta la colonia Villa Santiago, cuando la cuota es de 11.50.

Su trayectoria al volante es de 20 años y aunque ha vivido muchas anécdotas, dijo que -lamentablemente- las que más recuerda son las malas experiencias, como los asaltos, pues ha sido víctima de la inseguridad en al menos cuatro ocasiones.

“Desafortunadamente es lo que no se olvida. Se siente mucho coraje porque uno trabaja todo el día y alguien llega y así nomás se llevan todo, y no podemos hacer nada porque no sabemos si ellos vienen armados o no”.