Antes del 2017 Sergio Ramírez atendía un negocio familiar de instalación de malla ciclónica, pero con el sismo tuvo que dejar este trabajo por falta de clientes. Entonces, para solventar los gastos de su casa comenzó a trabajar como chofer de taxi.
Comentó que su primera opción de trabajo fue el taxi porque sus hermanos -que se dedican a este oficio desde hace varios años- le comentaron que se obtienen buenos ingresos económicos. Sin embargo, dijo que alcanza para comer, pero no para ahorrar.
“Para ahorrar ya no alcanza, pero siempre digo ‘aunque Dios me dé para comer con eso es suficiente’ y afortunadamente siempre hay dinero. Salgo a trabajar sin dinero y al poco rato ya tenemos algo”.
Asegura que lo han invitado a trabajar en las plataformas digitales, pero no ha probado porque algunos de sus compañeros le han comentado que la aplicación retiene un gran porcentaje del dinero que cobra por cada servicio.
Además, otro motivo que tiene para no trabajar como Didi taxi es que por estar en movimiento durante todo el día el vehículo se desgasta, pues trabajan desde que amanece hasta que se oculta el sol.
El trabajador del volante afirmó que está a gusto en este oficio, pero por la inseguridad ha pensado en dejarlo.
“Por la inseguridad ya quiero dejar el taxi. Una vez me asaltaron y se llevaron el carro, pero gracias a dios lo encontré. Esas personas abordan como cliente y antes de llegar a su destino te quitan las cosas, por esa razón digo ‘mejor lo dejo y busco un trabajo con sueldo fijo’ ya que ahorita solo trabajo para mi esposa y para mí; ya no hay niños pequeños”.