El pasado 25 de octubre de 2023 en la ciudad de Acapulco, Guerrero, México impactó el huracán Otis con una de las mayores catástrofes naturales que ha sufrido el estado de Guerrero. El desastre se atribuye a la rápida intensificación que pasó de ser tormenta tropical a huracán de intensidad 5. Las pérdidas materiales e inmateriales son devastadoras, por un lado, la destrucción de los edificios que evidencio la mala calidad de los materiales y la poca o nula preparación que tienen sus construcciones para afrontar un evento como el que sucedió.
Como en todo desastre natural, el gobierno acciona el plan DNIIIE como primera acción de ayuda y posteriormente se comienzan los trabajos de intervención para el plan de reconstrucción de la zona afectada.
El caso de Acapulco ha sido un poco contradictorio, por un lado, el gobierno menciona que está trabajando en las acciones puntuales para su intervención, sin embargo, lo visto en imágenes, reportes y entrevistas de los que aún permanecen en la zona cero, dicen lo contrario; marginación, delincuencia, desigualdad, destrucción y solo por mencionar algunos.
A más de un mes de los eventos sucedidos, la interrogante se centra en que está pasando con el plan de reconstrucción, porque si bien los medios o el gobierno dicen una cosa, no se ve ninguna acción. Es nuestra labor como mexicanos exigir la transparencia de las acciones que toman los dirigentes y me refiero a las acciones concretas de un plan urbano que impacte positivamente en los habitantes de Acapulco, porque si algo se ha perdido ha sido la identidad y la dignidad de la población. Un nuevo plan de reconstrucción debería hacer énfasis en acciones de impacto social; repensar la labor que tiene el espacio público en la identidad de una sociedad y no centrar los esfuerzos solo en la activación del turismo que, por supuesto, son importantes, pero Acapulco es más que turismo, Acapulco es historia y esa historia la forja su gente, es indispensable que las acciones tomadas por el gobierno involucren en sus procesos de diseño a la población y no excluirlos en las decisiones, quien mejor que ellos para saber las necesidades de su ciudad.