“Por falta de empleo me enfoqué en el transporte. Antes trabajaba en empresas, pero se acabó el trabajo y no he encontrado trabajo de lo mismo. Aquí trabajas todo el día y a veces te va bien; sin embargo, no hay beneficios a largo plazo”, comentó Javier, quien conduce una unidad del transporte público.

Aunque señaló que le gusta esta labor, pues de niño acompañaba a su papá durante los recorridos, dijo que una desventaja es que no tiene prestaciones de ley ni seguro social. Por eso, sigue en busca de un trabajo formal para que su familia tenga los beneficios de la seguridad social.

“Aquí no hay prestaciones. Aquí trabajas todo el día, a veces te va bien y a veces regular, pero no hay beneficios a largo plazo y no me interesa quedarme aquí, sin beneficios. Pienso que mi familia puede necesitar por lo menos el seguro”.

Señaló que trabaja jornadas de hasta 15 horas de lunes a viernes y los sábados trabaja sólo medio día para estar más tiempo con su familia.

Aunque hace apenas un año que empezó en este oficio, afirmó que no se le ha complicado porque recibió capacitación sobre el manejo a la defensiva y tenía experiencia en el manejo de unidades.

“Mi papá trabajó muchos años como chofer y creo que aprendí bien de él. Me decía que hay que estar atentos a lo que uno hace, no descuidar el volante, para no tener accidentes”.

De acuerdo con el entrevistado un chofer del transporte público tiene la presión de reunir el dinero para entregar la cuenta. Además, trabajan con miedo de ser víctimas de la delincuencia.