Empezó a trabajar en una línea de autobuses, pero lo dejó, tras sufrir un asalto.
“Ser chofer del transporte público es una labor cansada y a la vez estresante, pero gracias a Dios de aquí pude construir mi casa. También trabajé como chofer de camiones de volteo y con ese dinero compré la combi”, señaló Carlos García.
Comentó que su trayectoria como operador del transporte público es de más de 30 años y aunque logró construir su patrimonio, lamentó que actualmente el dinero apenas alcanza para comer, debido a que la demanda en el servicio de transporte público ha disminuido considerablemente.
“Creo que ya no es negocio, porque ya hay muchos carros y poco pasaje. Además, los carros necesitan mantenimiento cada mes; que es cambio de aceite y filtros, y son al menos mil pesos, pero además el cambio de llantas implica otro costo”.
Por lo anterior, dijo, buscó trabajo en una línea de autobuses para obtener un ingreso extra; sin embargo, lo dejó porque a los quince días de haber empezado, fue víctima de la inseguridad.
Relató que ese día circulaba a la altura de Coatetelco cuando un sujeto le apuntó con su arma al autobús y al acelerar, le disparó. Aunque no hubo personas heridas, decidió abandonar esa labor.
Actualmente conduce la combi que compró hace algunos años y refirió que se ha encontrado con todo tipo de personas, especialmente con pasajeros que se molestan por cualquier situación, pero hace caso omiso para no entrar en discusiones.