La representación de la arquitectura ha sido la herramienta principal en la construcción de la misma; es parte del proceso creativo de las oficinas de arquitectura para explicar y detallar lo que en el futuro será un espacio habitable.
Las herramientas de representación de la disciplina, así como la mayoría de las partes que constituyen la arquitectura, van de la mano de las nuevas tecnologías. La representación hoy en día es, en su mayoría, representación digital con un sinfín de oportunidades, para dar el resultado que uno espera al momento de proyectar. Las ilustraciones, diagramas digitales, axonométricos y los aclamados renders son algunos de ellos. Sin embargo, hay otra representación que esta fuera de lo digital y que es la maqueta física. Esta forma de proyectar la arquitectura es la herramienta más antigua, junto con los dibujos rupestres, para idealizar un espacio arquitectónico.
En la antigüedad ya se trabajaba con maquetas para representar el espacio físico. Modelos físicos tallados en mármol o piedra volcánica fueron las primeras maquetas. En México se han encontrado maquetas de las culturas prehispánicas talladas en piedra volcánica, sus maquetas eran los primeros acercamientos a los templos que hoy nos dejaron de herencia nuestras culturas prehispánicas.
En el siglo XX tomo gran fuerza la maqueta, se comenzaron a crear representaciones muy específicas de la arquitectura hasta grandes maquetas de ciudad, por el gran crecimiento urbano que estaba viviendo la población mundial, sumado a la gran demanda de reconstrucción de ciudades por la devastación de las guerras mundiales.
En la actualidad la maqueta ha perdido gran fuerza por la infinidad de herramientas digitales de gran calidad, pero a su vez toma otro tipo de fuerza la construcción de maquetas. Es al día de hoy un trabajo catalogado como artesanal y también tecnológico. La tecnología relacionada a la elaboración de modelos físicos esta aunado a la existencia de las famosas impresoras 3D, que son básicamente una extrusora de filamentos plásticos o de resinas que, a través de un modelo digital, imprime su versión física. Por otro lado, están las cortadoras láser, unas máquinas con las que se amplían aún más las oportunidades de elaborar maquetas ya que permite, por ejemplo, el uso de materiales como el plástico, la madera, cartón y en algunos casos hasta el acero. Como última versión también existe la maqueta física, pero en la realidad virtual, sin embargo, esa ya es otra historia.
La maqueta es y será un arte que jamás se debe perder en la profesión de los que nos dedicamos a la arquitectura.