Cuando Juan Manuel cursaba el tercer año de secundaria estaba convencido de que la escuela no era lo suyo, de tal manera que decidió abandonar sus estudios para empezar a trabajar.
Aunque a sus padres no les agradó la noticia, aceptaron su decisión, pero le dijeron que tendría que buscar trabajo para contribuir con los gastos de la casa.
Desde hace seis meses, Juan Manuel se dedica a registrar el tiempo de diferencia que llevan los operadores de la Ruta 11, donde también labora su progenitor como operador.
“No me gustó la escuela y cuando iba en tercer año me salí. Mis papás me dijeron que si no quería estudiar, entonces que buscara trabajo y me gusto ser checador. Al principio se me complicó, pero poco a poco fui aprendiendo”.
Aunque trabaja sólo para una organización, dijo que los primeros días fueron difíciles, ya que no tenía conocimiento y algunos operadores se fueron sin saber el tiempo que llevaban sus colegas.
“La ventaja es que aquí te enseñan hasta que le agarras el modo. Los primeros días se me pasaron varias rutas, pero los compañeros me enseñaron y también mi papá me decía que le echara ganas”.
Comentó que está a gusto en este oficio, pues trabaja una jornada de ocho horas de lunes a viernes y obtiene ingresos de 200 a 300 pesos diarios. Sin embargo, afirmó que está consciente de que en algún momento necesita seguro social y prestaciones de ley, por lo que tendrá que buscar un trabajo formal.
Dijo que le gustaría aprender a manejar, pero su papá le ha comentado es estresante porque desde temprano tienen la presión de reunir el dinero para entregar la cuenta y el dinero para el combustible.