Su papá también fue transportista durante varios años 

Ni siquiera había terminado la secundaria cuando Ángel Rodríguez empezó a trabajar como ayudante en un taller mecánico, para ayudar a sus papás con los gastos en la casa.

Cuando cursaba el segundo año de secundaria, dijo, sabía que lo suyo no era el estudio y tomó la decisión de abandonar la escuela.

Aunque su decisión no gustó a sus padres, la respetaron, pero le dijeron que tendría que buscar trabajo para cooperar con los gastos.

Desde hace más de tres décadas Ángel trabaja como operador del transporte público, un oficio que aprendió de su padre y con el cual logró mantener a su familia y dar estudios a sus hijos.

Aunque hace algunos años, sus hijos emigraron a Estados Unidos, dijo que está contento pues por lo menos tienen una mejor calidad de vida y no siguieron sus pasos.

“Ser chofer es cansado, pero mientras uno trabaje de manera honrada es bueno. Yo estoy aquí desde hace más de 30 años porque no me gustó el estudio y mi papá me dijo ‘si no estudias, busca trabajo’. No me arrepiento, pero cada día es más pesado y además estamos expuestos a los asaltos”.

Comentó que su progenitor también dedicó su vida al transporte y fue quien le enseñó sobre este oficio.

“Me decía que le echara ganas y que no agarre los vicios, porque te acaban y gracias a Dios nunca he tenido uno”.