Juan Ramón aprendió desde los 17 años a conducir microbuses
Juan Ramón señaló que no terminó sus estudios de nivel básico porque su deseo era seguir los pasos de su padre, quien desde hace casi cuatro décadas es chofer del transporte público.
Cuando cursaba el segundo año de secundaria, dijo, entendió que lo suyo no eran los estudios, y le pidió a su progenitor que le enseñara a manejar, pues quería dedicarse a este oficio.
“A veces pienso y digo ‘voy a estudiar algo’, pero también digo, mejor no: ‘aquí estoy bien’, tengo un trabajo bien que me gusta y no me va mal, aunque la desventaja es que no hay seguro social y ni prestaciones de ley para ayudar a la familia”.
Antes de cumplir la mayoría de edad buscó trabajo en una organización de transporte donde tuvo la oportunidad de aprender sobre el manejo de estos camiones, y a los pocos meses se hizo chofer de “rutas”.
“Desde que era niño veía a mi papá manejar los micros y en las vacaciones le decía que me llevara a su trabajo para estar con él, pero era porque quería aprender; quería ser como él y me enseñó bien y gracias a Dios aquí sigo”.
Su papá, refirió, le recomendó alejarse de los vicios, porque si combina el alcohol con el volante podría ocasionar un accidente vial, que le costaría años en prisión.