Felipe lamenta que en ocasiones no reúne el dinero de la “cuenta” del día.
Felipe Moreno trabaja desde hace diez años como operador del transporte público y asegura que en ocasiones le es imposible entregar la cuenta completa, que es de 900 pesos, porque hay una disminución en la demanda del servicio y, además, algunas personas no pagan su pasaje.
A decir del trabajador del volante, diariamente por lo menos dos personas que utilizan este medio de transporte no pagan, y cuando les hace la observación se molestan y alegan que sí pagaron.
“Lo que nos afecta es que subió el precio de la gasolina y la combi necesita de 900 a mil pesos diarios, pero también hay gente que no paga y hay otras personas que tienen la credencial del Inapam, y hay que respetar los descuentos. Por eso, a veces quedamos a deber la cuenta y nosotros de plano nos vamos sin un peso”.
De acuerdo con el entrevistado la combi tiene una capacidad para catorce personas sentadas, y en ocasiones la mitad de los pasajeros son personas adultas mayores, que pagan cinco pesos por el servicio.
Aunque esa situación afecta sus ingresos diarios, dijo que no puede negar el servicio porque si lo reportan, podría ser acreedor a una sanción.
“Este trabajo es cansado porque empezamos a las seis de la mañana y terminamos a las ocho o nueve de la noche, pero me gusta porque es herencia de familia”.