En la Secretaría de Salud de Morelos hay un factor que amenaza con ser una piedra en el zapato para el gobierno de Margarita González Saravia.

Hablamos del líder de la sección 29 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, Gil Magadán Salazar, quien desde hace 22 años se mantiene al frente de este sindicato como si fuera un dictador que busca prolongarse eternamente en el cargo pero solo para beneficiarse personalmente y llenar sus bolsillos de dinero, algo que no encaja en el nuevo Poder Ejecutivo, sobre todo porque la gobernadora ha dicho que busca acabar con la corrupción y servir al pueblo sin intereses personales o de grupo.

Para colmo, a lo largo de los años, Gil Magadán ha sido señalado de diversas irregularidades y abusos en contra de los propios trabajadores que dice representar, por lo que muchos de ellos han abandonado el sindicato y crearon uno distinto.

Se puede citar el caso de Ydanelly Galicia Lugo, médico adscrita al Centro de Salud Cuernavaca, quien acusó durante este año a Gil Magadán de presionar a los trabajadores para que realizaran un paro de labores en contra del cambio del modelo de salud a IMSS-Bienestar, aunque esa supuesta protesta fue en realidad  una manifestación totalmente política para responder a los intereses personales del líder del sindicato, el cual suele solicitar moches a las autoridades para no iniciar movilizaciones utilizando a los sindicalizados.

“Hemos sido violentados por el sindicato y nos gustaría que se supiera la verdad. En realidad, el sindicato está poniendo a los trabajadores en contra del IMSS-Bienestar y está bloqueando que se pueda hacer la vinculación entre los trabajadores que ahora ya formamos parte de esa nómina de bienestar”, declaró la doctora.

Esa no es la única acusación que hay en contra de Gil Magadán, ya que a lo largo de los 22 años que ha estado en el poder de este sindicato, ha sido señalado por no representar los intereses de los trabajadores, ya que los propios afectados aseguran que con sus acciones ha dejado sin capacitación e, incluso, sin instrumentos de trabajo a los trabajadores que representa.

Por lo pronto, este cuestionado personaje es una pieza que no encaja en el modelo de gobierno de Margarita González Saravia, cuyo anuncio de acabar con la corrupción, el abuso del poder y los intereses personales parece dirigido, entre otros casos, a todo lo que representa Gil Magadán Salazar.