Expresó que la privación de la libertad, en todas sus tipos, ha proliferado y afectado a todos los sectores sociales y “esto lo podemos observar en el trajín diario, en las actividades cotidianas”.
Dijo que no hay estadísticas que reflejen la magnitud de los secuestros en Morelos, debido a que existe un número desconocido de casos que no han sido denunciados debido a la falta de confianza hacia las autoridades y el temor de las víctimas a ser presas de represalias por parte de los delincuentes.
Sostuvo que las cifras anunciadas por la procuraduría respecto a la detención y desmantelamiento de bandas de plagiarios no son un reflejo de la realidad, pues existe resistencia “para reconocer de manera honesta la realidad de este problema”.
“Me parece que las declaraciones alegres del titular de la procuraduría son con el fin de demostrar que está trabajando, pero eso no significa que el problema esté controlado”, dijo.
Manifestó que no han sido suficientes los esfuerzos para combatir el secuestro y otros delitos, pues no sólo implica reforzar las acciones para fomentar la cultura de la denuncia sino generar políticas públicas para crear empleos, cultura, espacios deportivos y educativos.
No obstante, consideró que el secuestro ha incrementado y está afectado a todos los sectores sociales, desde profesionistas, hasta comerciantes y empresarios.