Matías pondrá un negocio cuando deje el transporte.
"A veces, por el trabajo nos perdemos los momentos bonitos con la familia, por darle lo mejor a los hijos, pero vale la pena porque mis hijas tuvieron estudios gracias a este trabajo y también gracias al apoyo de mi esposa", expresó Matías Aguilar Cruz, quien trabaja como operador del transporte público.
Su trayectoria al volante es de 23 años, y aunque reconoce que es una labor cansada, dijo que es una noble labor con la cual ha logrado mantener a su familia. Su hija mayor estudió enfermería y la menor está por graduarse de la misma carrera.
Matías recibió el apoyo de sus padres para continuar con sus estudios, pero no quiso seguir en la escuela porque le gustó el dinero.
"Mis papás siempre me dijeron que era mejor el estudio para tener algo mejor, pero ya no quise seguir. A veces sí pienso en el estudio, me hubiera gustado saber de mecánica o tener un negocio para llevármela más tranquilo".
Actualmente tiene 52 años de edad, y comentó que ser chofer es cansado, pues en ocasiones su jornada laboral empieza a las 4:20 de la mañana y duerme de cuatro a seis horas diarias.
Desde hace unos años trabaja de cinco a siete días de la semana, pues considera que el descanso es importante para rendir durante el día; de lo contrario, es probable que sufra accidentes viales, y es lo que menos quiere.
Aunque está a gusto en este oficio, está consciente de que cuando le falle la vista tendrá que dejar este trabajo. Por eso, refirió, se está preparando y dentro de unos seis años tiene en mente abrir un negocio para solventar los gastos de su casa.
Por su experiencia, dijo que recomienda este oficio, pero siempre y cuando se tenga pasión por el volante, ya que es cansado y estresante.