El secretario ejecutivo del SESP, José Herrera Chávez, explicó que “hay elementos que curiosamente hace dos años presentaron examen y ahora que se les vuelve a examinar psicológicamente están agotados, ya no están en condiciones de seguirse desempeñando. Son labores de mucho desgaste”.
El fenómeno de inhabilitación psicológica para seguir desempeñándose como policía llamó la atención del Sistema Estatal de Seguridad luego de identificar que varios elementos reprobaron la evaluación psicológica en el más reciente examen de control y confianza.
“Yo me atrevería en este momento a decir que sí hay una merma en la fuerza, yo me atrevería a decir hasta en un 20 por ciento porque se tiene que hacer alusión al personal que es casado, so riesgo de quedarme a lo mejor corto”.
Hace dos años, cuando se aplicó por primera vez los exámenes de control y confianza, estos policías habían aprobado al cien por ciento la evaluación, pero en esta segunda ronda de exámenes de control reprobaron la parte psicológica.
Hasta el momento no se ha determinado con exactitud el número de elementos que han comenzado a enfrentar problemas en sus hogares, hasta llegar al divorcio. Sin embargo, se detectó que en el momento de realizar varios trámites administrativos sus datos de contacto y beneficiarios han cambiado.
Herrera Chávez sostuvo que esta situación es una alerta que aún no tiene un protocolo establecido y solamente pone en duda las capacidades de los policías, ya que “desde el punto de vista psicológico ya presenta características que pone en duda el hecho de que vaya a reaccionar con sangre fría o con autocontrol”.
Herrera Chávez sostuvo que en muchos casos se ha llegado a considerar que “en virtud de que presenta un cuadro de agotamiento mental, entonces se le puede dar acto con restricciones, que puede ser sometido o temporalmente colocado en una situación administrativa”.