Al mostrar su consternación por el fallecimiento de quien fuera conocido como el “Rey del Humorismo Blanco” en México, la presidenta del Sistema DIF aseguró en entrevista que sin duda esta es una gran pérdida no sólo para la comunidad artística del país sino para las familias y sobre todo la niñez, a pesar de que no pudieron disfrutar la época de oro de Capulina, a través de películas e historietas animadas que aun circulan en algunos establecimientos de revistas antiguas, pueden conocer a un gran humorista, pero más aun a un gran ser humano.
“Con el fallecimiento de ‘Capulina’, queda un enorme vacío que difícilmente se podrá llenar, porque además de ser una persona que entregó su vida para divertir a millones de familias con sus películas, programas, discos y hasta historietas, que muchos niños que hoy seguramente son ya adultos pudieron leer, crecieron varias generaciones siempre manteniendo un humorismo que no agredía a nadie, que no insultaba, que nunca fue vulgar, porque siempre pensó en lo más valioso que tiene una sociedad, que es su niñez”, expresó Mayela Alemán.
Recordó que en varias ocasiones tuvo la oportunidad de conversar con Gaspar Henaine en reuniones en las que también participó el gobernador Marco Adame Castillo, coincidiendo en la necesidad permanente de impulsar acciones dirigidas a rescatar y fomentar el respeto a las personas, los valores, el amor a la familia, a los niños especialmente, y siempre enfrentar con una sonrisa los grandes desafíos del país y en particular de Morelos, donde “Capulina”, prácticamente radicó hasta los últimos días de su vida.
Mayela Alemán recuerda a “Capulina”, como una persona que a pesar de ser famoso y que no pasaba desapercibido en ningún lado, siempre mostró su calidad como ser humano, sencillo y abierto a sostener alguna plática o saludo con quien amablemente se le acercaba.
La presidenta del Sistema DIF Morelos insistió en que el legado que deja “Capulina”, debería ser aprovechado para unir a las familias mexicanas en torno a la diversión sana, de respeto y sin utilizar la vulgaridad para hacer reír, y como figura que sirva de ejemplo para elevar la calidad humana en estos días, donde los valores se han perdido en gran parte de la sociedad.