Recordó que todavía hasta inicios del presente año el cierre de cortinas era una constante. Los negocios no daban ni para la sobrevivencia. Sin embargo, de medio año a la fecha, las cosas comenzaron a cambiar y el único conflicto que tenemos en los municipios es el enredoso camino que hay que superar para lograr una licencia de apertura de negocio.
Salgado Patiño destacó que "en algunos de los casos los interesados acaban desistiendo de su intención de invertir por la serie de trabas y hasta pagos injustificados que hay que realizar”.
Es increíble el grado de burocratismo que seguimos teniendo en las instituciones tanto municipales como estatales. Es una falacia eso de la eliminación y agilidad de trámites; seguimos como en tiempo de las cavernas. Lo malo es que son empleos que se dejan de generar e ingresos para cientos de familias que viven de negocios familiares.
No obstante todo eso, comentó, la verdad es que todos los días tenemos aperturas. Andamos en un padrón de mil 800 afiliados en todo el estado, pero consideramos que si la tendencia es la misma, estaremos llegando a los dos mil en fechas próximas.
Sin embargo, aceptó que todavía no se puede cantar victoria. Sentimos que buena parte de quienes arriesgan sus capitales lo hace precisamente con la esperanza de lograr ingresos adicionales ante la insuficiencia actual para poder sortear sus necesidades económicas familiares. La situación sigue muy dura.