El abogado de la familia del joven, Cipriano Sotelo Salgado, informó que la fiscalía estatal llamó a participar en la recreación a testigos, algunos de ellos amigos de Jethro y policías municipales, con la finalidad de describir con mayor precisión como ocurrieron los hechos esa trágica tarde.
“Ha sido la procuraduría del estado la que ha tomada la decisión que la Policía Ministerial y el Ministerio Público vayan a la feria, aprovechando que hay cierto parecido de las instalaciones que hubo hace un año y tratar de recrear el evento. Es decir, tratar de darle vida a todo aquello que sucedió previo a la muerte de Jethro, como en que puesto estaban, la hora que ocurrió, como fue la detención”, dijo.
Indicó que la reconstrucción de hechos se llevó a cabo con total discreción por parte de las autoridades, para dar la mayor precisión a la narración, evitar que hubiera factores externos que obstruyeran los trabajos ministeriales y no atraer la atención de los visitantes de la feria.
Indicó que esta diligencia corresponde a la indagatoria que sigue la procuraduría estatal, para determinar si policías municipales incurrieron en alguna responsabilidad tras la detención del joven Jethro.
No obstante, paralelamente siguen su curso la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) y los tribunales militares para deslindar posibles responsabilidades a militares y policías federales que intervinieron en la custodia y luego homicidio del joven de 26 años.
El pasado 1 de mayo, Jethro Ramsés Sánchez Santana y Horacio Cervantes Demesa fueron detenidos por la Policía Municipal, tras una riña en el área de alimentos de la Feria de Cuernavaca.
Según la declaración ministerial del comandante Manrique González Acosta, subdirector de las fuerzas especiales de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SPyAC), Jethro habría amenazado con matar a mandos policíacos si no le llevaban a los meseros de la taquería con los que sus amigos y él habrían tenido el altercado.
De acuerdo con el jefe policíaco, detuvo al joven sin resistencia alguna y admitió que nunca investigó cuál fue el motivo de la riña. Entonces, Jethro fue conducido a la parte exterior del palenque y luego entregado, junto con su amigo Horacio, a la Policía Federal y ésta a su vez al grupo de militares del 21 Batallón. Horacio fue torturado y liberado, pero Jethro murió.
Ante el escándalo desatado y las investigaciones para dar con el paradero del joven, la Procuraduría Militar detuvo el 30 de junio a los oficiales José Guadalupe Orizaga y Guerra, Edwin Raziel Aguilar Guerrero y Marco Antonio Legorreta. Los dos primeros fueron sujetos a proceso por los delitos de violencia contra las personas, tortura y homicidio, mientras que el tercero quedó en calidad de testigo. Posteriormente el coronel Guadalupe Arias Agredano fue detenido, debido a que es señalado como quien ordenó la inhumación clandestina del cuerpo del joven. Sin embargo, hasta el momento permanece prófugo el oficial Rafael Albañil, quien presuntamente también habría participado en el homicidio e inhumación del cuerpo.
Según las declaraciones ministeriales de los imputados, Jethro estaba ebrio y muy golpeado cuando lo recibieron de manos de la Policía Federal; después de ser interrogado en el taller de herrería de la 24 Zona Militar el joven de 26 años se habría desvanecido y muerto dentro de las instalaciones castrenses. Según el testimonio del teniente Guerra, su superior (Guadalupe Arias) le habría ordenado “tirar” el cuerpo y por ello fue inhumado clandestinamente en Atlixco, Puebla.
El 8 de mayo fue localizado un cuerpo en el paraje La Ocotera de la comunidad de Tochimilco en el municipio de Atlixco, aproximadamente 100 metros de la carretera, luego de recibir una denuncia anónima que advertía del descubrimiento del cadáver.
El cuerpo permaneció en calidad de desconocido en la procuraduría poblana hasta la detención y confesión de los militares.