Dijo que algunos cauces, como el del río Apatlaco, el Yautepec o el Cuautla, han mostrado crecimiento hasta de tres metros en su caudal, no obstante, tampoco se han tenido desgracias que lamentar y los daños son muy colaterales, de tal manera que se sigue en saldo blanco.
Recordó incluso que a diferencia de otros años, esta vez a consecuencia de algunos fenómenos meteorológicos, la lluvia comenzó a caer tempranamente, casi a partir de mediados de mayo, pero ello ha sido muy bien recibido, en particular por el sector campesino, que en esta ocasión no tuvo retrasos para iniciar la siembra de cultivos de temporal e incluso se habla de cosechas récord.
Miranda Román señaló que el desazolve y dragado de ríos, arroyos y barrancas en la mayor parte del estado, pero sobre todo en Cuernavaca y el área conurbada, ha tenido efectos altamente positivos, “no se han presentado contingencias muy serias”.
Sin embargo reconoció que todavía falta lo más fuerte por venir en cuestión de lluvias, se esperan tormentas con unos 40 a 60 milímetros por metro cuadrado en promedio, que es bastante propicio para generar inundaciones y otros efectos, por eso llamó a estar alertas ante cualquier inconveniente.
El trabajo, manifestó, es permanente en lo que se refiere a la coordinación con direcciones municipales de Protección Civil y estaciones de monitoreo en puntos considerados de mayor riesgo, aunque suele suceder que los desastres se dan en donde menos se espera.
Sin embargo sostuvo que se cuenta con equipo e infraestructura para responder ante cualquier eventualidad, el sistema educativo básico permitió disponer de algunos planteles escolares para convertirlos en albergues, en casos necesarios, “aunque esperamos que nunca se requieran”, concretó el funcionario, porque es hablar de gente afectada en sus intereses.