Norma Patricia García Valdos, delegada de la AMPFS, señaló que Morelos fue el primer estado en incluir en la legislación el tema del síndrome de alienación parental, aunque por desconocimiento y error del legislador en el Código Familiar se escribió como “alineación”.
Indicó que actualmente tres estados cuentan con este concepto en sus códigos familiares, pero lamentablemente no existen ni reglamentación ni herramientas necesarias que permitan a los jueces familiares detectar la alienación (que significa enajenación o manipulación) de uno de los progenitores hacia una menor con el fin de provocar odio hacia la madre o el padre.
Expresó que es necesario que el Congreso y las autoridades judiciales tomen muy en serio este tema, no sólo por el viacrucis que atraviesan muchos padres y madres que son rechazados por sus hijos derivado de esta manipulación psicológica, sino porque este odio hacia uno de los progenitores pone entre en una encrucijada a la menores y los orilla a tomar decisiones equivocadas como el suicidio o la delincuencia.
“El Código se tiene que modificar porque dice alineación y es alienación, obviamente esto se tiene que corregir y se tiene que ampliar; aquí es muy importante la participación de los psicólogos y psiquiatras porque es un problema sicológico, a los niños la conciencia se les transforma completamente, a veces los niños están conscientes de que están siendo manipulados pero no tienen opción, se siente entre la espada y la pared y en muchos de los casos, los padres manipuladores logran el objetivo”, sostuvo.
Indicó que el Departamento de Orientación Familiar del Tribunal Superior de Justicia ha sido sensible al tema, de reciente análisis e investigación en México, sin embargo, derivado “de que hace dos años anteriores no sabíamos que era eso y se cometieron varios errores”, por parte de los jueces.
Manifestó que ante la recurrencia de este fenómeno y los efectos nocivos en el desarrollo psicosocial de los menores, es urgente que en Morelos el Congreso del Estado no sólo haga la corrección ortográfica sino que amplíe en el Código Familiar el concepto de alienación parental y genere instrumentos legales que permitan a los jueces detectar este síndrome y tomar la mejor decisión para los menores en defensa de las garantías y el interés supremo de los niños, que tienen derecho a una sana convivencia con su padres, independientemente de que estén separados o divorciados.