Acompañada por representantes del Colegio de Abogados de Morelos y del Consejo de Juristas, la presidenta de la Asociación Abogadas del Estado de Morelos, Norma Delgado Díaz, lamentó el homicidio de su colega, por lo que pidió al gobernador y al secretario de Gobierno una audiencia para que los abogados puedan expresar su preocupación por la situación de inseguridad que priva en el estado y por ataques de la delincuencia contra varios de sus compañeros.
“Reprobamos dicho acto pidiendo a ustedes, muy respetuosamente, su intervención para el efecto de que se refuercen medidas que garanticen la seguridad y libre ejercicio de las y los profesionales del derecho; las personas que ejercemos el derecho como profesión nos encontramos vulnerables al ser los mediadores entre la ley y la justicia”, dijo.
Expuso que los abogados y abogadas están comprometidos con la legalidad y desean que Morelos vuelva a ser la entidad cuya característica principal era la tranquilidad que ofrecía tanto a sus habitantes como a los visitantes, pero también exigen a sus autoridades la reciprocidad en los esfuerzos para devolver la paz al estado. “Lo que se pide es la seguridad y el libre ejercicio para la sociedad y los profesionales del derecho, siendo promesa de campaña por parte de usted como gobernador y que a la fecha, con estos actos denota que no se ha cumplido”, recalcó Delgado Díaz.
Con el de Blanca Estela Flores Valdivia suman seis los homicidios de abogados perpetrados en 16 meses en la entidad: los litigantes Miguel Ángel Piza Bernal y Rosario Suástegui Román fueron asesinados con armas de fuego en marzo de 2013, en su oficina, en el Centro Histórico de Cuernavaca; el ex consejero jurídico de Jiutepec Marco Antonio Vargas Luna también murió acribillado, en junio del año pasado.
Asimismo, de acuerdo con el archivo de La Unión de Morelos, la noche del lunes 11 de febrero de 2013, los abogados Jorge Onofre y Gerardo Noé Aguilar perdieron la vida luego de ser atacados a tiros cuando viajaban en un vehículo, sobre la calle Nueva Inglaterra, en la colonia Lomas de Cortes, en Cuernavaca. El primero murió en el Hospital General “José G. Parres” de Cuernavaca y el segundo en el sitio de la agresión.