–Una vez fui a trabajar en una reunión en la que se celebraba el cumpleaños a un viejito de más de ochenta años. Él siempre había querido una fiesta con el Hombre Araña pero nunca, en toda su vida, se había podido dar ese gusto. Entonces yo fui y trabajé para él y se la pasó muy contento, como un niño, y yo también me sentí muy bien. Esa es una de las satisfacciones que tengo en mi trabajo –platica Moi, mientras se acomoda un guante rojo y azul con líneas negras.
Cuernayork
En el zócalo de Cuernavaca, al pie del asta bandera -que en algo nos recuerda los rascacielos de la Gran Manzana de Nueva York- pasan gentes y se detienen cuando ven a Spiderman: de un poco más de un metro sesenta centímetros de estatura y tan delgado y fuerte que nadie podría en duda que puede escalar las paredes. Su traje está un poco gastado por las batallas que seguramente ha tenido con los villanos. Una pareja joven se detiene frente a él, llevan de la mano a un niño como de siete años y se les ve en la pupila el asombro. El héroe extiende una mano al pequeño, éste mira a sus padres; ellos asienten.
El menor acepta la extremidad del enmascarado, quien lo invita a posar. El papá saca su celular y le toma fotos a los dos: el niño está parado a la derecha del asombroso Hombre Araña y éste le pone la mano en el hombro. El niño regresa con sus papás. "Con lo que quieran coperar", dice el héroe mientras estira la mano disfrazada y el padre le pone cinco pesos en el guante manido.
Microempresario
–Yo hago esto porque me gusta hacer feliz a los niños, no porque tenga la necesidad, yo estudié en la UAEM ciencias biológicas y soy un pequeño empresario –afirma Moi mientras extrae de una bolsa de plástico plumones con pintura facial. –Hago caracterizaciones de superhéroes. Hago mi show en fiestas para niños, principalmente, pero también me han llamado para trabajar en celebraciones de adultos. Me pueden marcar al 777 1119854 o escribirme al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Moi cuenta que en su espectáculo puede representar a cualquier superhéroe que le pidan, pero a él le gusta este personaje -creado por el guionista Stan Lee y el dibujante Steve Ditko, que apareció el 10 de agosto de 1962 en el número 15 de la historieta Amazing Fantasy-; se identifica con él desde que era muy chico y a la edad de 17 años –en la actualidad tiene 26- confeccionó su primer disfraz de Spiderman.
El día que se transformó en héroe
–Recuerdo que yo tenía broncas, broncas de las que tiene cualquier chavo, cualquier hijo único, y ese día estaba en mi habitación y me puse mi disfraz. De inmediato me sentí muy bien, con una fuerza que no había experimentado, era una sensación de bienestar. De ahí en adelante, cada que tenía problemas me ponía mi disfraz y eso me calmaba. Con los años decidí salir vestido del Hombre Araña y compartir esa felicidad que yo tenía con las demás personas y con los niños principalmente. Entonces, hace dos años vengo aquí, al zócalo, a tomarme fotos con las personas. Eso me hace sentir muy bien porque en primer lugar hago lo que me gusta y en segundo lugar sé que cumplo la ilusión de muchos.
Cuatro o cinco niños cercan a este superhéroe, al que han visto -en el cine- levantar y arrojar automóviles, soportar caídas de grandes alturas y advertir un peligro antes de que suceda, entre muchas otras hazañas; lo quieren tocar, quieren que les ponga una mano en el hombro.
La amplia extensión de cemento de la plaza de armas General Emiliano Zapata Salazar se ha convertido en uno de los pocos espacios de esta ciudad en donde no cobran la entrada y las familias pueden reírse con el payaso alburero y observar a la estatua humana, incluso conocer a Spiderman y, por unas monedas, tomarse una foto con él.