El 22% de los adolescentes que se encuentran en centro de reclusión cometieron uno o más homicidios, reveló elsubsecretario de Prevención y Participación Ciudadana, Roberto Campa Cifrián, al dar a conocer datos de la Encuesta Nacional de Menores en Conflicto con la Ley.
Durante su gira por la zona oriente de Morelos, el funcionario federal señaló que la encuesta refleja como menores de edad son utilizados por grupos delictivos y ayuda a la autoridad a entender el fenómeno para buscar cómo prevenir que sean enganchados por las organizaciones criminales.
La encuesta, que también fue aplicada en el Centro de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes (Cempla) del estado de Morelos, arrojó datos importantes.
De acuerdo con Campa Cifrián, “de los adolescentes en conflicto con la ley que tenemos en el país, reitero y encuestamos al cien por ciento de los de Morelos. En el país hay un poco menos de cinco mil muchachos menores de 18 años que cometieron faltas graves, 22% de esos muchachos cometieron homicidio, uno o varios; 15% secuestro y 35% robo con violencia”.
La mayoría de los jóvenes recluidos tienen en común varias características: provienen de familias disfuncionales, son víctimas de violencia, sólo laboraron en empleos informales y dejaron la escuela, hasta terminar en la calle y expuestos a la delincuencia.
“Casi ocho de cada diez tiene entre 16 y 18 años, un poco más de la mitad, prácticamente la mitad, sólo la mitad pudo llegar a la secundaria, el resto dejaron la escuela entes de llegar a la secundaria. La mitad de estos muchachos dejaron sus casas por distintas causas, 62% dijeron que sus padres se separaron”, mencionó.
La encuesta fue realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social y la coordinó la investigadora Elena Azaola, académica e investigadora especializada en el tema penitenciario en México.
Otro dato relevante revelado por la encuesta, es que cuatro de cada diez menores en conflicto con la ley tenía familiares cercanos en las cárceles, es decir que la vida criminal ya formaba parte de su entorno familiar, lo cual pone en alerta a las autoridades respecto a las familias de los reclusos.
Además, resaltó el funcionario federal: “94% de estos muchachos habían desempeñado varios trabajos antes de cometer la falta, vendedores de dulces, flores, de tacos, franeleros, lava platos. Prácticamente cinco de cada diez consumía alcohol con frecuencia antes de ingresar al centro de internamiento. Casi el 60% habían consumido drogas y más de tres consumían drogas todos los días antes de entrar al centro”.
Explicó que la intención de tener un diagnóstico claro del perfil de los delincuentes menores de edad, es implementar políticas preventivas que mejoren sus condiciones de vida y permitan que no sean enganchados por los grupos criminales.
“Estos problemas que yo he mencionado no se resuelven sólo con policías, por eso es tan importante identificar el origen las causas de esta violencia y trabajar para revertir esas condiciones”, dijo.
Y también señaló que “lo que yo les puedo decir con esa información, es que una buena parte de estos muchachos que han cometido faltas graves, encontraron en sus casas esta realidad, que una buena parte de la violencia se genera a partir de los entornos de violencia, a partir del descuido. Miren, si ustedes revisan la historia, hay literatura, hay libros a la mano, prácticamente no hay un solo caso de jóvenes como éstos que sea exenta de condiciones de violencia”.
Agregó que la mayor parte de los adolescentes en conflicto con la ley tienen antecedentes de padres alcohólicos, drogadictos y violentos, además de estar en un entorno de descuido que impide que los jóvenes acceden a la educación.