Este viernes fueron entregados los referidos reconocimientos del concurso con los que esta casa editorial y la Acmor impulsan la divulgación, la enseñanza y aprendizaje de las ciencias. El galardonado en la categoría de Premio al Profesor distinguido, es Pedro Fuentes Herrera, docente de tiempo completo de informática en el CBTA 39 ubicado en el municipio de Temoac.
Actualmente cuenta con un equipo de alrededor de 50 estudiantes a quienes –junto con otros docentes- les enseña a armar robots lego, y junto con los muchachos que ya había capacitado con anterioridad y que han obtenido triunfos en concursos a nivel nacional, regional y estatal. Sus alumnos han obtenido en competencias de informática y robótica medallas de oro, plata y bronce. Desde el 2010 incursionó como asesor en las Olimpiadas estatales para jóvenes de nivel medio superior y desde entonces los equipos con los que ha trabajado han ganado cuando menos 75 reconocimientos diversos.
Pero ésta es la primera vez en la que él es el ganador, directamente por lo que su vocación lo lleva a hacer, más allá de lo que le exigen más allá de las críticas y con algunos sacrificios familiares “porque a veces hay que poner algunas cositas de nuestra bolsa para apoyar a los muchachos”.
Visiblemente emocionado, los ojos brillantes –a unos metros de su orgullosa esposa y madre-, con su diploma en mano, el profesor reflexiona unos instantes, sonríe y lo admite¨: “sí, éste es mío, los sacrificios hoy se ven recompensados. Sí, es el reconocimiento más importante que he tenido en mi vida profesional, lo comparto con alegría, con entusiasmo con mi familia, mi esposa, mis hijos, mis papás que estuvieron aquí, mi madrina, todos los que vinieron de la escuela, todos a apoyar ”.
Con dificultad, dice en la entrevista, que se le hace fácil explicar lo que éste premio lo impulsa y motiva a seguir adelante, “no todos los días una academia con tantos científicos, y tampoco un periódico, le da a un premio, es maravilloso, por esto lucha uno a diario”.
Y es que no es sencillo dar clases de robótica a estudiantes de un plantel ubicado en uno de los municipios más lejanos en el oriente del estado, “la parte económica es complicada, mis papás son campesinos, sin estudios, sin terminar primero de primaria, pero ellos me inculcaron la tenacidad, las ganas, el coraje y les doy gracias, porque eso he tratado de transmitir a los muchachos, careciendo de muchas cosas, que sí lo podemos hacer”.
A veces no tiene dinero para comprar algunas piezas, otras ni para transportar a los estudiantes a los concursos; en ocasiones los lleva apretados “como auto-sardina” en su camioneta, otras buscando apoyo con alcaldes y diputados o pidiendo cooperación con la gente de a 100 ó 200 pesos. Aclara que la dirección del plantel les apoya siempre con lo que se puede, porque han visto que la escuela con sus equipos ha ganado varios premios. Y aunque en múltiples ocasiones le salen los ediles y legisladores conque “para la otra”, “a ver si se puede, o, venga para la otra semana”, él insiste.
El profesor que labora en ese plantel desde el 2009 a la fecha, al menos ha dado clases y asesoría a más de 500 estudiantes, algunos de ellos ya están en el Instituto Politécnico Nacional, o en la UNAM en el Tecnológico de Zacatepec, en el Tecnológico de Monterrey en carreras afines: “se siente bien bonito, porque continúan en Ingeniería en sistemas, en robótica, en inteligencia artificial en varias universidades, es muy padre, hace un año dos chicos que se fueron al poli, ellos fueron a un concurso internacional, ganaron y al primero que le dijeron fue a mí: me dijeron profe ganamos y nos dieron una tablet maravillosa, un equipo que se nos antojaba hace mucho tiempo, gracias; ellos siguen triunfando”.
El docente del subsistema público, considera que esta formación les abre oportunidades y ha generado cierto prestigio, al narrar que hace unos días, personal del Tecnológico de Monterrey fue a la escuela a solicitar a cuatro de nuestros chicos (quienes por cierto se encontraban entre la porra que aplaudió en la ceremonia al maestro), para presentar un examen de alumnos de excelencia para tener una beca al cien por ciento y ellos ya están haciendo sus trámites, ya nos identifican y es un orgullo que nuestro plantel sea reconocido”.
Agradeció a La Unión de Morelos por este premio, al opinar que “no cualquier periódico hace esto, por motivar a la sociedad, es más, que se preocupe por dar a conocer la ciencia, eso es maravilloso porque todos los seres humanos nos movemos con motivación como ésta, no sólo a mí, sino a todos mis chicos, ojalá lo sigan haciendo y se lo dan a mucha gente que cree en los chicos, que cree en la educación y en el estado”.
Kelly Neydín Cárdenas Verdigel es la ganadora del premio que otorga la Acmor y La Unión de Morelos en la categoría de Ensayo Científico Juvenil. Ella es alumna del CBTIS 76 de Cuautla. Su trabajo plantea “la organización social y bacterias”.
“Lo hice de eso porque creí que era algo que me inspirara que no fuera sólo algo que había visto o leído de ciencia sino que me gusta y relacionado con lo que estaba estudiando en ese momento. Todo el mundo se organiza, tanto las sociedades, como las bacterias. Como hay cáncer en el cuerpo, lo hay en la sociedad, todo el mundo tiene problemas pero se organiza y si el cuerpo humano no se organizara así, no existirá la vida, y si no hay organización en la sociedad todo sería un caos, ese es el tema de mi ensayo”, abundó con mucha claridad la joven alumna.
La ahora ganadora, acompañada de sus familiares y amigos, comentó que inicialmente quería estudiar medicina, pero ahora, su proyecto de vida cambió: “fue esto, las publicaciones de la Ciencia que leímos en las clases las que me ayudaron en parte a darme cuenta de que hay otras ciencias, de que hay mucho que hacer y ahora quiero estudiar Ingeniería en genética. Yo vi uno de los artículos en su periódico de los científicos y entonces dije, esto es lo que me gusta de verdad”.