La magistrada presidenta del TUJA, Ana Virinia Pérez Güemes y Ocampo, informó que el Instituto Morelense de la Juventud (cuya denominación por ley cambiará a Instituto Morelense de las Personas Adolescentes y Jóvenes) logró obtener financiamiento del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia para este proyecto, que se trabaja junto con la asociación civil Ave Fénix.
Explicó que para fundar la casa de rehabilitación se dispone de un apoyo financiero de aproximadamente un millón 200 mil pesos y para ejecutarlo se tiene listo un inmueble en el municipio de Jiutepec.
Indicó que el 90 por ciento de los 160 procesados o sentenciados que se encuentran actualmente internos en el Cempla, sufre problemas de adicción a drogas, psicotrópicos o alcohol, y aunque muchos durante su estancia en el centro tienen asistencia, al momento de concluir sus medidas sancionadoras no están cien por ciento rehabilitados y requieren seguir con apoyo post-internamiento.
“Está destinada esta casa de día para jóvenes que de alguna manera tienen el problema de la adicción y que el juez les impuso una medida en externamiento, y que nosotros pudiéramos canalizarlos a esta casa de rehabilitación, y también a atender a los jóvenes que al egresar del Cempla sigan presentando adicciones y que podemos canalizar también a un periodo de rehabilitación de uno o dos meses”, explicó.
Precisó que esta casa estará en condiciones de recibir a 20 adolescentes y periódicamente se estará canalizando a más chicos, conforme egresen del centro de internamiento.
Sobre el proyecto de instauración de una casa de transición, cuyo objetivo es proporcionar alojamiento y apoyo provisional a los jóvenes que no tienen padres o que no cuentan con un soporte familiar, la titular del TUJA detalló que el proyecto está en suspenso debido a que no se dispone de un inmueble adecuado en dimensión, y ubicado para dar una atención oportuna y digna a los jóvenes.
Precisó que se encontró una casa que en tamaño y diseño era adecuada para establecer la casa de transición, sin embargo, se ubicaba dentro de uno de los polígonos de violencia e inseguridad, lo cual significa un factor de riesgo para los chicos egresados del Cempla.