La marcha partió de la iglesia de El Calvario a la Plaza de Armas de Cuernavaca, para demandar que las autoridades encargadas de la seguridad y procuración de justicia en Morelos renuncien, ante su ineficiencia para frenar la ola de violencia que cobra todos los días vidas humanas, y prevenir, combatir, investigar y sancionar el delito.
A nombre de las madres, Georgina Hernández Maldonado exigió a las autoridades estatales y al Estado mexicano justicia para decenas de familias que fueron lastimadas y fracturadas con el homicidio, secuestro o desaparición de sus seres queridos.
“Este camino no tiene regreso hasta que encontremos la verdad, justicia y reparación del daño integral y la garantía de la no repetición, no nos han derrotado, no nos han derrotado su indiferencia y su ineptitud y no nos vamos a callar y hoy 10 de mayo venimos a decirles que si no pueden, renuncien”.
Las mujeres marcharon vestidas de blanco con un moño negro al hombro, con flores y algunas con una cruz al hombro. La mayoría llevaba la foto de sus hijos en una manta, impresa en su camiseta o en los cuadros que en algunos casos durante años, han cargado para exigir la detención de los asesinos y secuestradores.
“Salimos a levantar la voz ante la indiferencia e ineptitud de las autoridades, porque no prestan atención ante nuestros casos, se niegan a levantar las actas cuando intentamos levantar las denuncias por la desaparición de alguna mujer, niña o adolescente”, dijo.
Tras la caminata, las madres de las víctimas depositaron una corona de flores en la ofrenda instalada en el Palacio de Gobierno para recordar que el Día de las Madres es un día de tristeza y dolor para ellas, pero que cada día que pasa hay más víctimas de la violencia y las autoridades no logran parar las desapariciones.
Un mariachi entonó la canción “Amor Eterno”, que provocó que rompieran en llanto y después dieron por terminado el acto, para acudir a la catedral de Cuernavaca, donde el obispo Ramón Castro y Castro las recibió.