“Hay mucha gente porque van al panteón. Hoy es el día de los ejecutados”, dijo Camilo, que regresaba de trabajar como velador en uno de los conjuntos residenciales de la zona.

Según la tradición de día de muertos, el 28 de octubre está destinado a los que fallecen por causa de un accidente, por violencia o asesinados. Cuando se conoce el lugar del percance se llevan flores de cempoalxóchitl o “cempasúchil” y veladoras que se depositan en aquel sitio.

Frente al Panteón de la Leona había una larga fila de gente. Muchos se cubrían con impermeables, otros con sus suéteres y pocos habían llevado paraguas. La hilera tenía como 200 metros, iba desde la entrada del camposanto a la estación de bomberos.

Los conductores se sorprendían de que hubiera tantas personas a esas horas. Muchos de los vecinos de lugar que pasaron a las 18 horas y regresaron a las 2:00 horas observaron que la fila continuaba tan larga como la habían visto de ida.

El director de Panteones del Ayuntamiento de Cuernavaca, Luciano flores Vergara, dijo que en efecto, desde la tarde y noche del 28 de octubre al cementerio más grande y antiguo de Cuernavaca habían asistido más de 600 personas. Pero no todos fueron a dejarle flores a sus muertos por asesinatos o por muerte violenta, sino que asistieron a los recorridos que año con año realiza la Dirección de Turismo del Ayuntamiento capitalino.

Mencionó que durante el día sí hubo personas que visitaron a sus difuntos pero fue una afluencia normal, y que por la noche hubo mucha gente –menos que el año pasado- por el Recorrido Nocturno, que es uno de los atractivos turísticos de esta temporada.

También mencionó, sin dar cifras, que las solicitudes de inhumaciones en los siete panteones de Cuernavaca que administra han aumentado en los dos últimos años y que una gran parte de los decesos es por la inseguridad, aunque también ha habido muchas muertes por accidentes.

El panteón de La Leona, localizada en la colonia Carolina, es uno de los que más solicitudes de inhumación recibe; en este último mes ha habido desde cero entierros hasta seis, explicó.

También confirmó que este panteón tiene como ocho mil tumbas y que al igual que los seis camposantos restantes que administra en la ciudad capital, está saturado.

Pidió que el día 1 y el 2 de noviembre la gente respete a sus difuntos, que no cama ni beba en las tumbas y que si hace basura recoja para mantener limpio el lugar.