El congresista gestionó la expo, que forma parte de la muestra que se exhibe en el Museo Nacional de la Revolución Mexicana en la Ciudad de México, para que la vieran los legisladores y funcionarios de los demás poderes y una que otra activista. No la trajo para que los ciudadanos la apreciaran, porque se montó en el lobby del recinto legislativo de Mariano Matamoros y va a durar apenas cuatro días: se inauguró el martes 8.

El legislador priista, integrante de la Comisión de Equidad de Género, perdió una gran oportunidad para que las fotorreporteras de Morelos expusieran una buena selección de su trabajo: Cómo se ven ellas mismas en la actualidad, lo que piensan, lo que sienten, sus retos, sus anhelos, el modo en que se comporta una sociedad viva y actual en este contexto de crisis.

Buena fotografía hay, espacios hay, dinero hay, pero no hay voluntad, los representantes populares no tienen interés en este tema.

Siempre es más cómodo traer, sin costo alguno, una serie de imágenes de un pasado estático, que no cuestionan el presente; fotografías que sólo sirven para ser observadas o para salir del compromiso.

Hay, en Cuernavaca (y supongo que en todo el estado), mujeres que tienen gran calidad en sus trabajos. Así se observa en algunos de los pocos diarios impresos que aún circulan por la ciudad y en los portales de noticias.

En Cuernavaca no ha habido, desde hace varios años, una exposición digna, crítica, de calidad, en la que los fotoperiodistas den a conocer fragmentos de hechos de una realidad dinámica que necesita una lectura objetiva.

A muchos les ha ganado el conformismo: envían o seleccionan la foto plana, la que no molesta, la que le gusta a los funcionarios, esa que no compromete el pago puntual del “chayo” ni la publicidad con la empresa o el personaje de la política: 25 o más de 50 años haciendo las mismas fotos podría volver loco o matar a cualquier fotógrafo…

Las últimas veces el gobierno estatal le dio unos pesos a un fulano para que organizara una exposición. En lugar de que lanzara una convocatoria abierta, el sujeto anduvo diciendo a sus amigos que le mandaran unas fotos para una expo. En 2014 se hizo y expuso una selección muy mala, se salvaron pocos fotógrafos y pocas imágenes, en vez de muestra parecía una antología de complacencias.

En 2015 el mismo fulano volvió a recibir dinero o promesa de éste, convocó de la misma forma pero no hubo ni siquiera una exposición “oficial”.

“Las Mujeres en la Revolución” se retira del Congreso estatal el viernes 11 de marzo de este año. Cumplió su finalidad.

Para conocer lo que verdaderamente están haciendo –o dejando de hacer– las mujeres en esta entidad y por México se necesita algo más que fotografías bonitas y antiguas.