Manifestó que “hace unos días, algunos comuneros y ejidatarios de Tetlama me pidieron asesoría a fin de valorar ofertas hechas por autoridades y los empresarios en el sentido de entregar algunos beneficios colectivos a cambio de que se permita reactivas las labores de preparación para la extracción de residuos de oro en ese cerro”.
Incluso agregó que “me temo que ya la empresa ha logrado avanzar en sus intenciones, porque hasta donde pude investigar, a partir de esos compañeros, desde la autoridad habría apertura a fin de que se acabe la suspensión y se continúe trabajando”.
Al respecto, el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Gilberto López y Rivas dijo que la influencia de la minera se da en una extensión de 437 hectáreas. Además, pretende perforar una serie de pozos para extraer el agua necesaria, lo que afectaría gravemente en ese aspecto, a la misma comunidad en referencia, además de otras poblaciones hacia el sur e incluso, la parte baja de Cuernavaca.
Molina Nava agregó que “sí hay preocupación, porque luego de algunos encuentros con los comuneros y ejidatarios, éstos me han dejado plantado en varias citas, ello me lleva a considerar que ya los convencieron o los sometieron para que no opongan resistencia, de todas maneras, por las graves repercusiones que eso puede tener, lo más prudente es alertar sobre el tema”.
Reconoció que “en nuestra última plática, les aconsejé por lo menos cotizarse caro, es decir, que pidan la construcción de una escuela, de un hospital con servicio médico las 24 horas y otras obras distintas para su pueblo, porque poder económico tienen esos empresarios”. No obstante, alertó de que la contaminación que pudiera generar sí será dramática tierras abajo. Por eso el representante del INAH en esa zona no está de acuerdo con la operación de la minera, ya que entre las afectaciones están las ruinas arqueológicas de Xochicalco.