Maestros del Movimiento Magisterial de Bases (MMB) marcharon por las principales calles de Cuernavaca, este miércoles. Llamaron a los padres de familia a no permitir la reconcentración de escuelas, al sostener que eso afectará a los estudiantes y a los profesores. Además exigieron la reinstalación de los docentes despedidos por no acudir a la evaluación y la liberación de recursos para la erradicación de cuotas escolares.
El grupo de inconformes inició su recorrido desde la avenida Morelos sur, en el poblado de Chipitlán, desde donde avanzó hasta El Calvario; luego recorrió la calle Matamoros, hasta llegar al centro de la ciudad, donde bloqueó –cerca de una hora– la calle de Galeana, frente a la puerta posterior del Palacio de Gobierno.
La vocera Julita Villalba Arias expuso que la participación de manifestantes no fue numerosa porque muchos maestros fueron amedrentados por autoridades y dirigentes sindicales que los amenazaron con sanciones. Aseguró que para muchos de los profesores de nuevo ingreso la advertencia fue de despido, ya que desde que son contratados de manera temporal por tres meses, los hacen comprometerse a que no participarán en movilizaciones ni manifestaciones.
Indicó que el MMB continuará con diversas formas de movilización, especialmente con jornadas de información en los centros escolares, para dar a conocer a las comunidades lo que está sucediendo.
Julita Villalba destacó que harán el llamado directo a los padres de familia para no permitir que avancen programas que amenazan la educación gratuita y universal.
Entre ellos mencionaron la reconcentración de escuelas, a través de la cual la Secretaría de Educación Pública (SEP) pretende desaparecer alrededor de 100 mil escuelas en todo el país.
La vocera expuso que con esta medida van a desaparecer planteles rurales multigrado y con ello provocarán mayor deserción escolar, más analfabetismo, desarraigo familiar y comunitario de los alumnos y por otra parte saturación de estudiantes en escuelas urbanas.
Sostuvo que acciones como ésta son una muestra más del fin real que tiene la reforma educativa. Afirmó que con la compactación de grupos habrá salones hasta de 50 o 60 alumnos (contrario a lo dicho por la secretaria de Educación de Morelos, Beatriz Ramírez Velázquez, que habló de un número tentativo de 25 alumnos), lo que va en deterioro de la calidad pedagógica.
Para los inconformes es claro que el maestro tendrá mayor carga de trabajo y no habrá inversión en escuelas de zonas más alejadas.
Además afirmó que con dicha política la tendencia es cerrar escuelas de turnos vespertinos.
Desde el punto de vista laboral, la vocera alertó que la fusión de grupos implicará para muchos maestros la reubicación de centros de trabajo donde haya necesidad del servicio, sin importar la antigüedad que tengan en determinado centro escolar.
Por otro lado, los manifestantes exigieron la reinstalación de los 25 docentes que fueron separados de su empleo por no haberse presentado a la evaluación, reclamaron el cese de la llamada evaluación voluntaria y se pronunciaron por la liberación de los recursos que están contemplados en la ley para la erradicación de cuotas escolares.