Jojutla.- El recorte al presupuesto federal destinado al campo morelense definitivamente tendrá un impacto negativo que buscará atenuarse compensando recursos, estimó el delegado de la Secretaría de agricultura en la entidad Rafael Ambriz Cervantes.
“El año pasado fueron 220 millones de pesos (los que se recibieron) menos el 34% (de este año), entonces nos quedan como ciento y tantos millones de pesos, pero siempre el estado aporta más para equilibrar esas diferencias y ahí, en esos programas, están los apoyos a proyectos agrícolas, proyectos pecuarios, proyectos acuícolas, el extensionismo, obras de captación de agua, también la estadística agropecuaria y desde luego también el PESA, que es el Proyecto Estratégico de Seguridad Agropecuaria, que ahorita en estos días se están haciendo las ferias de seguridad alimentaria y nutricional en diferentes comunidades del estado de Morelos”, señaló el delegado.
El recorte del 34% está impactando definitivamente, prosiguió, “porque tenemos muchas solicitudes de productores y pues en el comité dictaminador, tenemos que dictaminar las más viables, las que entreguen bien sus documentos y sus proyectos y ahí tenemos que ver los proyectos que mejor detonen al sector agropecuario de Morelos en los diferentes municipios”.
Aun así, dijo que se esperan obtener los mismos resultados que el año pasado, porque los ayuntamientos también apoyan al sector agropecuario con semilla y fertilizante, principalmente.
Anticipó que si se da un buen temporal, se tendrán los mismos resultados que el 2016, porque en lo que se refiere al año 2015, hubo muchos siniestros.
“Además, la Sagarpa y el gobierno del estado están viendo el seguro agropecuario, principalmente para maíz y sorgo, y dos tipos de seguro, el catastrófico donde se aseguran por ejidos, y el comercial, donde se asegura individualmente a cada productor”.
Al respecto amplió que aún no se tiene el pronóstico climático para 2017, pero espera que sea un año normal. “El año antepasado, que fue el 2015, tuvimos un calentamiento que hizo que hubiera una sequía, pero después el calentamiento bajó y el año 2016 fue un año normal y esperemos que 2017 también sea un año normal, con lluvias normales que empiecen en junio, que no haya una sequía intraestival y que terminen a finales de septiembre. Teniendo ese temporal, estamos del otro lado, con buenos rendimientos sobre todo en los cultivos de temporal”.
Agregó que actualmente las presas están llenas y las “ollas de agua” que se construyeron también están al 80%, con lo que existe agua para los diferentes cultivos en los municipios del estado.