“No doy crédito a que haya un papá que no quiera que su hijo tome clases, a pesar de las circunstancias que haya”, anticipó el funcionario para después señalar que se está dialogando al respecto para encontrar una salida al problema, que ayer cumplió seis días de plantón.
“Es un problema de tipo laboral sindical que han llevado a una cuestión de querencias, incluso; que les cae bien un maestro, que no les cae bien, y eso impide el trabajo ordinario. El director ya está dispuesto a irse, pero los padres quieren ahora que se vayan otros maestros”.
Reconoció que existe una investigación acerca del problema que se vive en la secundaria entre el director y los profesores, y que los padres reclaman conocer; sin embargo, advirtió que ésos son asuntos internos, no públicos.
“Son temas jurídicos que se tratan en espacios jurídicos y laborales. Los padres deben permitir las clases mientras resolvemos el problema. Si hay antipatías o simpatías, no hay motivo para generar esto. Al final de cuentas el afectado es el alumno”.
“Esperamos mañana (hoy) a más tardar, dar una solución. Esto es un compromiso que hoy se adquiere con ellos, aunque se tiene que involucrar la parte sindical, porque si es un tema laboral, tiene que participar el sindicato para estabilizar ya la escuela”.