Horacio Rojas Alba, presidente del Instituto Mexicano de Medicinas Tradicionales “Tlahuica”, señaló que ha crecido el uso de la herbolaria y también de las terapias alternativas.
“Hay un crecimiento muy grande que ha hecho compleja la situación; tenemos problemas, por ejemplo, en el abasto de plantas medicinales que cada día son más costosas. Antes, comprabas 10 pesos de cuachalalate y te daban una bolsa grande, y ahora, compras 10 pesos y te dan dos tecatitas, porque hay una gran demanda en las plantas”, puntualizó.
Expuso que el problema es que las plantas medicinales no se cultivan, sino que se encuentran de manera silvestre en el campo. “El 98 por ciento de las plantas usadas son de cultivo silvestre, y no hay una explotación adecuada, bien dirigida, para conservar esos recursos. Entonces, se están acabando. Antes, encontrabas cuachalalate en la entrada de la selva baja caducifolia; ahora, tienes que ir a lugares muy alejados para poder conseguirlo”.
Apuntó que también, como la demanda ha crecido, se han elevado los precios. “Como todo mercado, cuando aumenta la demanda, el costo se encarece; ha habido un crecimiento impresionante del uso de plantas medicinales y de las terapias alternativas”. Aquí, advirtió que las terapias alternativas sean practicadas por quien realmente sabe y no por quienes sólo buscan obtener algún ingreso de ellas. “Cada día vemos más pobres y a los ricos más ricos, y eso hace que la gente esté buscando formas de ganarse algún dinero; la gente aprende ha hacer masaje y sabe que puede autoemplearse, y así en muchos aspectos de la medicina, la gente busca ganarse algún recurso en ese afán que es muy legítimo, pero puede caer a veces en situaciones de manejo inadecuado de recursos terapéuticos, recurso herbolarios, y ahí hay que manejarlo con bastante delicadeza”.
Interrogado acerca de si al igual que en el combate de enfermedades con medicamentos químicos, en la medicina tradicional las enfermedades se hacen más resistentes al medicamento, respondió: “en realidad no hay una medicina mejor que la otra. Cada una tiene su campo y sus aplicaciones, y hacer un complemento una de otra es lo que resulta en la mejor medicina”.
En este sentido, señaló que existen médicos que menosprecian las terapias alternativas, y también curanderos que hacen lo propio con la medicina convencional.
“Como que las empresas farmacéuticas han penetrado tanto en el ejercicio de la medicina, que a veces se convierten prácticamente en agentes vendedores de medicamentos; llega Pfizer y ofrece tal medicamento y dice esto es buenísimo para esto con el único interés de vender sus productos. Eso no debiera ocurrir en la medicina oficial y son problema de ejercicio. La gente ha perdido también mucho interés en atenderse en instituciones de salud por la burocracia o por el tiempo que se tardan, por una serie de cosas. Pero también hay que reconocer que en hospitales todos los días se salvan vidas, que no podrían salvarse ni con la acupuntura, ni con las hierbas, ni los masajes ni con otra cosa”.
Finalmente, mencionó que nuestro país ha adoptado muy bien terapias de otras regiones del mundo. “México es un país de curanderos; hay una tradición muy fuerte en el uso de la plantas. Entonces, prácticas médicas que provienen de otras culturas se apropian y se usan. Hay una aceptación bastante grande y tendencias también, incluso modas. El Reiki, cuando empezó a traerse acá, todo mundo quería aprenderlo; antes de eso, la reflexología, la acupuntura, las ventosas, ahora la magnetoterapia y una serie terapias. Todas ellas se van sumando a la práctica popular”.